La salud mental en nuestros días
Pedro Morales – Médico Psiquiatra y Psicoanalista.
Quiero empezar comentando que hace poco se ha dado un decreto-ley que obliga a seguros y prestadoras de salud a dar cobertura a toda la gama de trastornos mentales contemplados en el CIE 10. Este detalle refleja la preocupación de las autoridades de salud en dar atención a problemas emocionales y mentales que se van incrementando y no encuentran posibilidades de atención, pese a haberse extendido la cobertura desde el gobierno. De hecho, la OMS ya hace unos años había pronosticado que los problemas mentales constituirían la segunda causa de discapacidad, detrás de los problemas cardiovasculares. El gran tema a comprender es que la salud mental es algo más que ausencia de trastornos mentales. El equilibrio, el bienestar y los hábitos saludables son un objetivo que amplía de manera importante la razón para aportar soluciones no solo cuando un problema ha adquirido proporciones de afectación severa.
Necesitamos dedicar esfuerzos importantes en la labor de prevención y, ello tiene que ver con las intervenciones tempranas, sea por dificultades en la interacción con el entorno, desadaptación escolar, laboral, conyugal y demás, como la integración, en el campo de la clínica médica de la interconsulta, allí donde se encuentra problemas físicos de origen claramente emocionales. Nos toca ir un poco más allá de la labor solitaria de la consulta individual. Promover espacios para contribuir a una mejor conciencia de la necesidad de una vida saludable, en la que tenga un lugar especial el vínculo afectivo con la gente del entorno, familiares, amigos, compañeros, etc. Las formas de hacerlo, quizás tengan que contemplar algo más que una labor informativa, en situaciones diversas, el uso de talleres, encuentros grupales, retiros, etc. Pueden favorecer la incorporación de experiencias de aprendizaje vivencial. Un tema adicional al respecto es el trabajo de concientización de la importancia de un adecuado acompañamiento en los momentos tempranos del desarrollo del niño. Ya en muchos países han hecho modificaciones en la secuencia educativa, con un énfasis en la expresión de la naturaleza del niño antes que una forzada educación instructiva. El énfasis estaría pues, en acompañarlos en el desarrollo de su encuentro consigo mismos, como garantía de un mejor desempeño en la vida.
En suma, el abordaje de la salud mental tiene muchos rostros que tenemos que integrar en nuestra mirada al ser humano y su reto de vivir en armonía consigo mismo y con su entorno. En el centro de lo cual está el sentido de recuperar el eje de su naturaleza interactuando con el entorno. Hablamos de actividad, ritmo de vida, alimentación, interacción afectiva, constitución familiar, en particular el sostenimiento de los lazos afectivos, que ya ha sido estudiado en el sentido de que no solo aportan mayor calidad de vida si no también de salud física y mental.

Arribado ya a mi último cuarto de vida, creo poder compartir algunas reflexiones útiles para quienes están comenzando el camino, sea en cuanto a dedicarse al ejercicio de la psicoterapia, cualquiera que sea su modalidad o, incluso, simplemente para aquellos que tendrán que lidiar con la vida misma y sus vicisitudes.
En los niños se muestra de manera rotunda nuestra esencial vulnerabilidad; porque para vivir, desarrollarnos, para ser, dependemos durante años del cuidado de otros, de su sensibilidad para percibir nuestras necesidades, reconocer nuestras demandas e impulsar nuestros sueños.
Recuerdo a un compañero de secundaria que tenía la habilidad, (en realidad el talento), de crear caricaturas. Nosotros, sus compañeros de aula, lo rodeábamos expectantes, mientras él, lápiz en mano con trazos ágiles y seguros, convertía a nuestros profesores y compañeros en personajes de creaciones e historias divertidas: lo admirábamos, lo celebrábamos, sintiendo también la ansiedad de convertirnos en sus modelos elegidos.
La pandemia nos ha cambiado la vida y también nuestro quehacer profesional. No queda más que hacer gala de creatividad. Eso de lo que tanto hablaba Winnicott. Vivimos reinventándonos en esta situación extraordinaria, tratando de establecer puentes que sostengan nuestra existencia en esta lucha diaria para sobrevivir.
En abril se conmemora un aniversario más del nacimiento del Dr. Donald Winnicott, pediatra y psicoanalista, autor fundamental en la construcción del pensamiento psicoanalítico. En su honor se denominó al Departamento de niños y adolescentes del CPPL, creado en octubre del 2020.
Si bien la observación no está planteada como una intervención terapéutica, ni propongo que lo sea, el postulado de Stern me hizo mucho sentido al momento de pensar en cómo ésta, acompañada de una escucha empática y de un compromiso (no pensado) de-estar-con la díada, puede llegar a ser sentida por la madre, sin que el observador lo sienta, como un símil al modelo de-estar-con. Considero que, es en este “acompañar durante la observación”, que la madre puede llegar a sentirse comprendida, sostenida y reconocida, pudiendo así vivir una nueva manera de-estar-con alguien.