Lo Disruptivo en la semblanza de Mordechai Benyakar
Carmen Wurst de Landázuri Psicoterapeuta psicoanálica
Carmen Wurst[1]
Conocí a Moty, como cariñosamente le decimos, en el año 1997 y desde esa fecha es el autor e investigador que más he consultado y citado en mi trabajo de atención a las víctimas y sobrevivientes de violencia. Mi labor pasa por realizar peritajes, psicoterapia, intervenciones comunitarias, fortalecimiento a organizaciones de afectados, acompañamiento en procesos de judicialización y talleres e intervenciones individuales de cuidado al cuidador.
Para hacer un poco de historia, en años previos un grupo de psicoterapeutas psicoanalíticos iniciamos la atención voluntaria a las víctimas al interior de la Coordinadora Nacional de Derechos Humanos, muchos de nosotros veníamos de formarnos en el CPPL. Un proyecto financiado por la Unión Europea nos permitió invitar a Moty para nuestro proceso de auto capacitación, que en ese entonces lideraba Yeny Lloret de Fernández. Mi tarea era de coordinar el proyecto de “Atención psicoterapéutica de las víctimas de tortura”. Es así que se inicia un largo y fructífero intercambio donde la figura del mentor, maestro y amigo se fue tejiendo. Moty fue un personaje no solo en el ámbito laboral, llegó a ser parte de mi familia; en épocas en donde en las casas había solo una computadora, cuando llegaban sus correos, mis hijos anunciaban con gran pompa: “mamá te escribió Moty Benyakar” engolando las vocales e imitando la voz de un bardo medieval, comunicaciones que hasta ahora recuerdan en las tertulias familiares.
La trayectoria del Dr. Mordechai Benyakar es fructífera y motivadora. Siempre señaló que el haber estudiado pedagogía, psicología, medicina y formarse como psicoanalista, le dieron las bases para una amplia y diría “aterrizada” propuesta de intervención. Su pensamiento, investigación y sobre todo de docencia son ejemplares. Es difícil resumir en este escrito toda la interesante biografía de Moty y para quienes estén motivados en conocer más de él pueden leerla en su presentación cuando ganó el premio Koner en el 2016[2]. Ahí relata que, desde su adolescencia como emigrante judío en Turquía, impulsó la integración, hoy tan necesaria en un contexto de conflicto como el que se está viviendo entre Israel y Palestina. Más adelante su incorporación al kibutz y luego al ejército de Israel, fueron forjando su ideal de ayuda al otro. Su artículo “Del Diván a las piedras”, da cuenta del paso a lo comunitario. A su llegada a Argentina en el contexto de una investigación, ocurrió el atentado al edificio de la AMIA, que causó la muerte y heridas graves a muchísimas personas. Fue convocado para dar asistencia a quienes lo necesitaran. Es así que va consolidándose su estadía en Argentina, donde dirige hasta la actualidad el Post grado en la Universidad USAL, centro de estudios donde se han formando muchos colegas de Perú.
Siempre lo vi como ese maestro que, con característicos gestos de sus manos inquietas, podía trasmitir conceptos tan complejos como los de Aulanier “Del pictograma al enunciado”, movía sus dedos haciendo las figuritas alusivas que representaban los momentos displacenteros que desde el cuerpo y las sensaciones se habían introducido violentamente en las víctimas. ¿Qué pasaba en ellos ese momento de terror sin nombre como la tortura? Momento donde no se puede metabolizar, pues no existe aún la palabra para nombrar lo que injuria al cuerpo y a la mente.
Esa era nuestra tarea como psicoterapeutas, el poder ayudar a nuestros pacientes a pasar a un proceso primario, en el que pudieran reconocer el objeto y más adelante a un proceso secundario. Debo reconocer que en esos momentos todo me resultaba complejo, pero con la práctica, la supervisión y el acompañamiento de los colegas en el tratamiento de estos duros casos, se pudieron ir viendo los cambios en los pacientes. Hoy en día, como madre orgullosa, puedo verlos como defensores de derechos humanos, liderando procesos de búsqueda de justicia y reparación, ayudando a otros. Esto hace que sienta que lo aprendido hace veinte años atrás con Moty tuvo sus frutos para la reparación que se merecen las víctimas del conflicto armado interno.
Conocer acerca de la violencia en contextos de guerra, terrorismo y catástrofes sociales, y especialmente poder identificar el funcionamiento del psiquismo ante las amenazas individuales y colectivas se ve muy bien desarrollado en su texto “Lo disruptivo”[3], título del libro que publica en el 2003, el cual recoge el concepto que venía trabajando desde el año 1996 como alternativa de lo que en el mundo se llama Situación Traumática. En sus palabras: “Sabía que iba a ser muy difícil ir en contra de la corriente norteamericana que tanto hincapié hacía y hace en el concepto de Estrés Post Traumático, pero entendí que esa categorización lleva a varios errores tanto conceptuales como clínicos”. Despliega como el mismo lo dice en su libro una empresa quijotesca al cuestionar y pretender cambiar el término de situación traumática, tan comúnmente usada para nombrar eventos que vive el sujeto en una situación que cambia el curso de su vida.
Para dejar la inquietud en los lectores de este artículo, doy una pincelada a lo que llama “lo disruptivo: el impacto en el psiquismo (capítulo 1). Diferencia claramente el evento fáctico y sus características, que en su momento no puede denominarse traumático – esto deviene después-; la vivencia que es cuando un estímulo proviene del soma o del mundo externo y produce una articulación de un afecto y de una representación -ambos componentes intrapsíquicos, que otorga especificidad a la subjetividad. Y finalmente la experiencia que es la función articuladora que opera en el mundo interno y liga el afecto a la representación, precisamente la vivencia (mundo interno) con el evento fáctico (mundo externo).
Y, para terminar, quiero agradecer a Moty pues sus aportes se han visto incluidos en la Guía de valoración del daño psíquico para víctimas de tortura y violencia intencional del Ministerio Público de Perú. Quienes participamos en el proceso de elaboración de este instrumento, pudimos trasmitir que entender estos conceptos son claves para que las víctimas puedan ser evaluadas con propiedad y les permita alcanzar justicia y reparación.
[1] Psicóloga – Psicoterapeuta Psicoanalítica – Perita Forense – Graduada en la IX promoción del CPPL
[2] https://www.fundacionkonex.org/b4830-moty-benyakar
[3] Benyakar, M. (2003) Lo disruptivo. Amenazas individuales y colectivas: el psiquismo ante guerras, terrorismos y catástrofes sociales. Biblios: Bs. Aires