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INFERTILIDAD Y DEPRESIÓN

Patricia León – Psicoanalista de la SPP y docente del CPPL

La infertilidad puede generar cuadros depresivos. La autoestima se ve afectada por culpas y reproches (“algo anda mal en mi cuerpo…en nosotros-como pareja”, “soy menos que las otras mujeres”, “no debí esperar tanto tiempo”), así como por la pérdida del objeto deseado, el hijo (a) anhelado que cada mes, una y otra vez, no llega.

La infertilidad confronta a la mujer con el mandato biológico, cultural, social y familiar de tener hijos. Cada caso de infertilidad está atravesado también por la biografía y cómo no, por los deseos (de unión-fusión y trascendencia con la pareja, con el deseo de convertirse en padres y más) y fantasías inconscientes (reparar la propia niñez, ser tan o más fértiles que los propios padres, comprobar que las fantasías inconscientes de daño y destrucción hacia la madre y hacia uno mismo no son reales y más) de la mujer y de su pareja. Sin duda, la historia de infertilidad es atravesada por la relación con el cuerpo: con su complejidad y misterio; con su presencia y poder permanente, silencioso y gravitante en la vida; vivido como un aliado o un enemigo.

Actualmente, algunas mujeres (con recursos económicos) pueden acceder a los tratamientos de reproducción asistida alimentando así su esperanza, aunque también añadiendo una tensión aún mayor y más compleja a la vivencia de la infertilidad.

Por todo esto, diríamos que la mujer se ve jaloneada entre su soma y su psique. Sus deseos versus la realidad de su cuerpo.

La sensación de intervenciones médicas que invaden la intimidad física y sexual (extracción de óvulos, controles de ovulación, etc), propuestas cada vez más diversas y complejas, como: donación de óvulos o esperma, fertilización in vitro, embriones congelados, vientres de alquiler que colocan a los involucrados en dilemas incluso morales o religiosos o en la necesidad de pensar y decidir si seguir intentando y por qué, así como con la necesidad de poner un límite y definir hasta cuándo. A la decepción y el dolor de no lograr el embarazo deseado se le sumará la posibilidad de perder cada implante de embrión y, luego, sin mediar duelo de por medio, seguir intentando.

División entre psique y soma, una mujer partida en dos o más pedazos. Winnicott nos dirá que el soma y la psique son una unidad, pero, en cada mujer y/o pareja, la infertilidad es como llevar un divorcio a cuestas.

En la práctica, la medicina y el psicoanálisis tienen el reto de intervenir de manera integrada y no de manera escindida. Los médicos especialistas en fertilidad necesitan saber cuánto demanda emocionalmente atravesar estos tratamientos y el psicoanalista necesita reconocer la realidad del soma y no “interpretar” con ligereza por ejemplo que los abortos son un rechazo inconsciente hacia la maternidad, alimentando así tanto la baja autoestima como el sentimiento de culpa en la mujer.

¿Cómo acompañar un deseo, así como un dolor tan íntimo, profundo, múltiple e inefable? Por supuesto, con nuestras herramientas clásicas, pero añadiendo que nuestra misión y tarea está en cómo ayudar a crear internamente un espacio generador de VIDA: la de la mujer, la de la pareja y también la posibilidad de crear y dar vida biológica o no, a un Otro. En mi experiencia, la literatura también vino a mi rescate, años atrás con la obra de teatro de García Lorca “Yerma” y hace poco con la lectura del libro “Infértil” de Rosario Yori.  Ambos autores logran poner en palabras lo que de otro modo “solo serían balbuceos” (como dice R. Yori). Escritores que transformaron el dolor humano en un acto creativo, ¡lleno de vida!

¿Qué dirían ustedes?

 

“La crítica es importantísima, porque la crítica es la que nos lleva a replantear las cosas que hemos vivido”

Entrevista a Luis Herrera, psicoanalista didacta de la SPP y docente del CPPL

Por Giancarlo Portugal

 

En esta, la primera entrevista de Asociación Libre, conversamos con Luis Herrera Abad, referencia del psicoanálisis en el Perú. El también docente del curso de Psicoanálisis y cultura del CPPL expresa en el presente diálogo no solo vocación por la necesidad de lo social e intersubjetivo en la teoría y clínica psicoanalítica, sino que también expresa cómo de importante es pronunciarse críticamente sobre la realidad de la nación siendo psicoterapeutas.

 

Profesor Luis Herrera, muchas gracias por aceptar ser el primer entrevistado del boletín Asociación Libre. Quería empezar preguntando ¿Por qué consideraría que es importante relacionar al psicoanálisis con la cultura y nación de un país?

Varias razones, pero algunas más importantes que otras. Quizá la más importante es que el psicoanálisis no es – como se creyó en un momento – un estudio del individuo. Es un estudio de psique y no es posible definir la psique sin el intercambio social, sin la sociedad. Entonces, el hombre siempre es un hombre con un otro, nunca solo. De ahí que haya necesariamente que revisar la psique en términos de las relaciones que el hombre tiene con sus instituciones, con otros hombres, con uno mismo, etcétera.

Ahora, eso es un reto, porque Freud ya había señalado que hay tres grandes fuentes de angustia: la naturaleza, el propio cuerpo y el otro. Esta última es la más difícil de poder manejar, porque es donde surgían todos los conflictos, todos los problemas, básicamente. Es decir, surgían en las relaciones entre seres humanos, por lo que hacía indispensable mirar al ser humano en relación con otros.

Allí, se extendió la idea de que el psicoanálisis es una herramienta que también tiene que tomar en cuenta a la colectividad humana. Como decía Castoriadis, el hombre es, a la vez, un colectivo humano. El ser humano está precisado a incorporarse en grupos y, al incorporarse, tiene que renunciar a sus propias demandas individuales para poder hacerlas colectivas. Eso trae dificultades y beneficios.

 

Justamente, en la tradición psicoanalítica ha habido cierto debate de si es posible hacer un traspaso de una conceptualización de la individualidad psíquica a lo intersubjetivo y empezar a hacer reflexión de una colectividad ¿Usted ve problemático este salto?

Lo que creo es que el modelo que tenemos sigue el modelo psíquico freudiano y la idea es que el ser humano tiene que ser visto, primero, desde su origen biológico, el cual ya es algo que supone un intercambio con otros. Luego, la ruptura con ese desarrollo biológico, que hace que aparezca más el conflicto humano. Tras ello, la aparición de las instituciones que son las que ayudan al ser humano a seguir construyendo algo más allá de lo estrictamente biológico. Eso ‘más allá’ de lo biológico es – si se quiere – energía, como ha hecho Freud con la sexualidad: la sexualidad es una gran energía, no habría cultura sin sexualidad y, de igual forma, no habría cultura sin pulsión de muerte. La conjunción de ambas – Malestar de la civilización – es la que da una idea más cabal del ser humano.

Cuando Freud, en sus inicios, se dedicó básicamente al individuo y aparecen – de ahí mi afición a la obra cultural de Freud – poco a poco los otros hombres, ve que tienen un papel fundamental. Por ejemplo, la aparición de la guerra. Y en Totem y tabú, que es el origen prácticamente de la obra cultural de Freud, está empeñado en descubrir cómo el hombre pasa del estado salvaje al estado civilizador. Entonces, por ahí creo que va el asunto, el punto no puede separarse. Por ello, hay una necesidad de hacer psicoanálisis de la cultura.

Gran grupo de personas caminando por la ciudad Concepto de vida urbana

¿Y en esa línea, pensándolo ya no como tradición psicoanalítica en general o globalmente, sino desde el Perú, con nuestros conceptos qué podemos decir del país?

Bueno, lo primero que podemos hacer es hablar, denunciar las cosas que nos parecen mal y plantear posibilidades de respuesta. Es decir, intentar mantener la esperanza, porque sin esperanza no hay ser humano tampoco y al mismo tiempo que mantener la esperanza, mantener la actitud crítica. Si el ser humano en su educación temprana no se ejercita en la crítica va a quedar disminuido para poder hablar con otros seres humanos críticamente sobre lo que le sucede. La crítica es importantísima, porque la crítica es la que nos lleva a replantear las cosas que hemos vivido.

Nosotros desde el Perú, lamentablemente no tenemos una historia real salvo una que otra cosa publicada por algunos historiadores – entre ellos La historia de la corrupción (Quiroz) – pero nosotros no hemos hecho lo que los psicoanalistas llamamos un duelo por nuestra historia. Entonces, como no hay un duelo, la gran oportunidad la hemos dejado postergada a través del Informe Final de la Comisión de la Verdad. Ahí teníamos datos muy valiosos que se han quedado despreciados por gente que no le interesa o que no le conviene recoger lo que sucedió realmente en el Perú. Entonces, por ejemplo, ahí tenemos un trabajo que hacer, porque nosotros somos recolectores de historia también y sin historia es bien difícil darle una lectura.

 

Con respecto al momento actual del país, pensando en este hablar, en este duelo al que usted refiere ¿diría que estamos en uno de los momentos más difíciles de las últimas décadas?

Sí. Bueno, el mundo, primero, está atravesando por una crisis hace ya tiempo, sino que lo digan los mismos psicoanalistas y que nos den el dato de cómo así sus consultorios son llenados por personas que están en situaciones de depresión o, en lo que Bleichmar, llama el malestar sobrante, ese malestar que queda de todas las cosas vividas y que no han sido elaboradas. Nuestra historia – insisto – no ha sido lo suficientemente elaborada.

Entonces, sí creo que en el Perú la cosa es seria. Tenemos que buscar rehacer esa historia, que a mí me la enseñaron y no me sirve para gran cosa la verdad. No solo hay que saber que eran 14 incas que uno no recuerda si le preguntan, hay que saber qué hicieron en provecho por el Perú. Yo recuerdo siempre en un trabajo haber colocado un yaraví que se llama ojos de piedra, de un autor joven, Pinto. Es un hombre que pasa por Ayacucho, después de que Ayacucho está convertido en una enorme colección de muertos y sangre y dice “Del grito de libertad/Que por las costas se oyó/Hablan los himnos en vano/Ay ay ay ay/Yo no sé quién lo gritó//Ojos de piedra tuviera/Para poder resistir/Y aun cuando más me doliera/Ay ay ay ay/No los dejara de abrir”.

No hay mucha idea de patria o patria para algunos es un ‘¡Arriba, Perú!’ o un equipo peruano que está último en las eliminatoria. Somos malos, pero ‘somos buenos’ cuando hay un partidito que empatamos. Hay una idea absurda, una sobrevaloración en cosas que no tienen por qué serlo y la educación no es crítica, es un desastre y con este Congreso, peor todavía que se han tumbado las reformas que pretendían cambiar la educación. Por ejemplo, Con mis hijos no te metas con esa fanfárrea absurda que es lo contrario a la crítica. En fin, podemos escuchar a representantes de la patria, incluso, algunos les llama ‘padres de la patria’, gente que con las justas llega al lenguaje, que no está preparada para ser padres de la patria, realmente, que solo piensan en su bolsillo y ahora se están anulando todas instituciones para quedarse, lo cual es un desastre más. Entonces, el peruano, en relación al Perú, es apretado por la sensación de incertidumbre, que es una suerte de cáncer. Yo no sé por quién votar, por ejemplo, no tengo idea y en las últimas votaciones he votado en contra.

 

Aprovechando el tema de las votaciones, ¿usted diría que tendría que haber más relación entre psicoanálisis y el Perú o el psicoanalista y psicoterapeuta tendrían que abstenerse?

No, no, no. No tiene por qué abstenerse, eso es lo que ha hecho siempre, encerrarse en su consultorio, entonces, no ve nada más que cuadros clínicos y cosas por el estilo, sin considerar que la mente humana, para poder funcionar como mente humana, requiere de un marco social. Entonces, se olvida de eso y ya nos quedamos con solo pacientes, cuando estos a veces se transforman en personas que han tenido que pasar por situaciones muy difícil y que han tenido que sobrevivir, entonces son más damnificados que pacientes. En la época de Freud eso no se dio, pero después sí. A mí, por eso me gusta la escuela francesa, porque van a eso directamente.

El Adulto Mayor

Lourdes Schutte – Psicoterapeuta Promoción 35

Con mis años ya corridos, como fichas de escolaso.
Sin haber tenido nunca un buen puerto donde anclar
Así crucé por la vida, llevando siempre a mi paso
La esperanza de que un día me llegase a acomodar

(Campaneando La Vejez. E. Escaris)

Gretta, con sus 78 abriles, ingresa por primera vez al consultorio, con rostro incrédulo y pasos cautelosos se asoma, identifica el lugar que la espera y se sienta diciendo: “haber pues… no sé si se pueda hacer algo pero acá estoy. Porsiacaso no vengo por mi, vengo por mi hija. Ella y yo no nos llevamos bien, aunque no vivimos juntas cuando nos vemos o hablamos alguna discusión aparece. El problema es mi hija. Ando con la rodilla medio mal pero en fin a mal tiempo buena cara …” “Vivo sola ¿qué más puedo decir? no podría vivir con nadie más, claro que mi casa quedará para mi hija cuando yo me vaya a la otra. El otro día fui al velorio de un amigo, él estuvo muy triste desde que dejó de trabajar…” – Gretta relata con minuciosidad cómo y cuando conoció a su esposo, deja correr sus recuerdos, detalla diversas escenas de su vida, casi al final de la sesión aclara: “recuerde que el problema no soy yo sino mi hija…”Así afecta la soledad al cerebro de las personas mayores

Las viñetas de los adultos mayores suelen tener la particularidad de incluir temas que abrazan añoranzas, recuerdos, preguntas, reflexiones y preocupaciones propias de la longevidad. Infaltable los refranes y el lenguaje adornado para tocar temas tan complejos como la enfermedad y la muerte. En ocasiones hasta las resistencias y defensas transitan con aires de naturalidad como si se preguntaran ¿qué más se puede perder?

La atención puesta en otros parece ayudar a iniciar un amplio despliegue de contenidos, especialmente si traen en mente a un familiar cercano. Gretta trae a su hija en mente, algo la confunde, por un lado parece querer pedirle que la visite, la llame, la salude, que esté para ella cuando la necesite y a la vez no quiere ser mirada como una niña solitaria, dependiente e indefensa.

Los temas acerca de las enfermedades o el deterioro del cuerpo es otra forma de expresar que el cuidado continuo es una necesidad, las visitas a los médicos son más frecuentes. La preocupación aparece tanto al recibir diagnósticos como al continuar con tratamientos “de aquí en adelante” y a “no olvidarse” de tomar la medicación indicada. Las mesitas de noche se van llenando de recetas y de apuntes de próximas citas. Los cuidados ocupan el día a día.

Un recorrido hacia atrás detiene sus recuerdos en alguna pérdida o en aquello que no pudo ser. La muerte de amigos y familiares los remite a pensar y vivir su propia muerte, tal como describe Alizade (1995) “Vivir la muerte quiere decir aproximarse en estado de vigilia, de curiosidad lúcida, a una experiencia que no es nunca la experiencia de la muerte misma sino más bien la experiencia de las vivencias de los tiempos previos a su advenimiento”. La posibilidad de “irse a la otra” como dice Gretta, está latente.

Los adultos mayores suelen asociar la dedicación puesta en el trabajo, a lo largo del tiempo, con la forma en la que llegaron a la jubilación.  Las organizaciones, por su parte, colocan su atención en los procesos de selección y evaluación del desempeño laboral, al acercase la etapa de jubilación del personal, en el mejor de casos, suelen preparar un agasajo protocolar, sin tomar en cuenta el impacto que podría evidenciarse en el trabajador después de la desvinculación. Esta etapa podría direccionarse, a través de procesos que permitan acompañarlos en la elaboración de un organizado plan personal de vida. El que estaría encaminado a que el jubilado o jubilada continúe poniendo sus facultades en aquello que desea hacer o que ha sido postergado. Se trata de entrelazar las posibilidades con sus intereses y prioridades.  Así se podría evitar que personas, como el amigo de Gretta, sufran un decaimiento en su salud emocional a partir de la pérdida del trabajo.

Es importante transparentar la viabilidad de iniciar un ciclo fructífero durante la vejez, que permita encontrar un orden y además ir descubriendo una visión flexible para lo que se quiera ir integrando de la vida misma, es una oportunidad que provoca, dentro de todo, también ilusión. Recordemos que “La madurez biológica es un buen tiempo para el advenimiento de la madurez psíquica” Alizade (1995).

 

 

“¡Un psicoanalista no se jubila nunca!”

Jorge Gorriti – Psicoterapeuta Promoción 36

Es una frase de Asbed Aryan, psicoanalista de origen egipcio criado y formado en Argentina. Ante la repregunta responde: “Ser psicoanalista es más que ejercer una profesión, un trabajo…es una manera de ser en el mundo.” Psicoanalista Jacques Lacan: teoría psicoanalítica Lacaniana

La evidencia de lo dicho nos la ofrece Sigmund Freud quien trabajó hasta la noche anterior a su muerte (entrevista con CS Lewis) a sus 83 años. Tenemos también a Wilfred Bion cuyo último libro “Memorias del futuro” fue publicado poco antes de su muerte a los 82 años; Jackes Lacan dicta charlas y seminarios hasta un año antes de su muerte a los 80 años; André Green publica “L’espérance” a los 84 años y muere a los 85; Donald Winnicott publica Realidad y Juego a los 75 años, edad en la que fallece; “Envidia y gratitud” de Melanie Klein es publicada a sus 75, tres años antes de su muerte.  Otto Kernberg a sus 95 años sigue publicando: “Envidia, odio y la misión de la psicoterapia: explorando la mente negativa (2023)”.

Desde el grupo Adulto Mayor del CPPL, con ocasión del XII Congreso de FLAPPSIP, entrevistamos al psicoanalista uruguayo de 87 años Marcelo Viñar  y le pedimos que nos diga qué piensa sobre la jubilación como ese acontecimiento que para la gran mayoría marca el fin de una vida laboral y el inicio de una nueva e incierta etapa. Marcelo empezó hablando de la vida como ese camino impredecible que nos posiciona ante el horizonte de la muerte y evocó a su padre quien ante esa misma pregunta respondió: “que sentía que sus 70 años eran un momento glorioso, porque él era un millonario en experiencias, un millonario en recuerdos y evocaciones. Es decir, que transformó la pregunta que lo polarizaba o que lo depositaba en un lugar de dolor, hacía un lugar de celebración, de festejo”

Y luego nos habló de su vida, de sus nietos, de su declinación física, de sus cada vez más escasos pacientes: “claro ahora hay que dejar los casos graves, hay que buscar jóvenes impetuosos para que se hagan cargo. Y si uno tiene suerte, ese joven que recibió al paciente nos pide una supervisión”. Marcelo soltó dos frases que terminaron dando título a la entrevista: “Vivir la vida vale la pena… pero… sería terrible que el hombre fuera inmortal”.

Fuimos a preguntarle por la jubilación pensando en ese momento crítico, de quiebre, en el que el cese del espacio laboral marca el hito hacia la declinación y a ese sentimiento de inutilidad y de carga en el que nuestra sociedad moderna y capitalista coloca a sus jubilados. Y Marcelo desde sus 87 años de psicoanalista activo, que acude a conferencias, que da entrevistas; nos responde, que de la vida uno no se jubila.

 

 

Sección especial: Pensamientos y sentires de Ana

“Muestro mi cuerpo porque lo siento como  material literario. Igual que con la escritura es lo más auténtico que tengo. Estas dos armas me han trasformado en una mujer libre y sin-vergüenza. Y de eso ya no se vuelve. Ya no hay retroceso. Cuando una mujer se apropia de su cuerpo y de su deseo ya nada la detiene. Pero cuando una mujer con condiciones físicas limitadas y,  con dos dispositivos extraños en su cuerpo, se exhibe, puede llegar a interpelar, incomodar y generar censura y rechazo. Porque para la sociedad una mujer con discapacidad es asexuada, sin deseo y  no es una mujer sino una niña”.

Entrada del 9 de junio de 2019 en el blog anabuscalamuertedigna.wordpress.com

 

 

Antes del olvido – por Ana Estrada

 

Tus ojos salivaron esta canción que alimento,
la sutura en sus notas es gorjeo en mi respiración.

 

He intentado melodías, una selva grácil.
Pero este indómito lugar desde donde te escribo
tiene los sonidos azules de mi abandono.

 

Y toco mi voz milenaria de ondas verdosas
y adivino el reclamo en mi pecho.
Atravieso constelaciones acuosas.
Visto un tramado de espuma y calma.

 

La sal de mis poros.

 

Aquí todo respira.

Entrada del 14 de marzo de 2024 en el blog anabuscalamuertedigna.wordpress.com

Selección realizada por el equipo editorial del Boletín Asociación Libre del CPPL

 

Bienvenida eterna Anita

Lic. Fanny Eliana Ludeña – Psicoterapeuta en el CPPL de Pareja y Familia

Este escrito más que una despedida es una  bienvenida a Anita al sitial  de lo memorable, de aquello que hace historia, dándola a conocer como  persona y terapeuta, y hoy es la figura  que nos deja un precedente que puede aliviar y dar esperanza a otras personas sometidas a sufrimientos inútiles, que hacen que realmente no tengan una “vida”.

Anita era alegre, sonreía a menudo, siempre activa, sociable. Tenía un  trato amable y  delicado,  vestía siempre elegante, combinaba tonos suaves de colores,  llevaba el  cabello largo, suelto y brillante, en resumen era la imagen de una persona que se cuidaba con cariño. Hacía reuniones alegres en su departamento, era conversadora y atenta, vivía con su gato Amaro, al que quería mucho y al que tuvo que renunciar. Cultivaba amistades significativas, sus amigas la aman con admiración, respeto y siempre la acompañaron.

Anita llegaba temprano a trabajar. Una vez, contaba animada su entrevista con el alcalde de Miraflores para solicitar rampas para sillas de ruedas en las calles, años antes que se diera esa ordenanza en Lima.

Tomaba fuerza para expresarse cuando había algo que le sonaba contradictorio ó absurdo, siendo perspicaz daba su opinión, era aguda en sus comentarios, hablaba con seriedad y argumentos. Era libre de decir lo que pensaba y sentía, sin ser condescendiente. Solidaria siempre, muy sincera, podías preguntarle algo que otros podían evadir responderte.

En las supervisiones de casos en grupo, cuando tomaba la palabra la escuchábamos con respeto y con cierta tensión de que nos observara algo; sus apreciaciones eran iluminadoras, con sustento teórico y daba con frecuencia un punto de vista de su propia contratransferencia, con finas interpretaciones. Presentaba sus casos por escrito, lo hacía con una grabadora de voz, tecnología nueva en ese entonces. Es decir se desempeñaba con naturalidad, sorteando lo que podían ser dificultades.

Confiaba en derivarle pacientes que necesitaban empoderarse en sus vidas ante desavenencias con sus parejas y familiares. Complicados y pesarosos eran algunos casos, y Anita con gran compromiso hacia sus pacientes sabía transmitirles algo, no hay una palabra que pueda describir lo que transmitía, en realidad las palabras se quedan cortas para describir lo que algunos dicen energías, vibras.

Yo me sorprendí a mi misma despertándome de madrugada para hacer anotaciones a este escrito, que ya había avanzado apenas me lo pidieron, no es mi estilo, me dí cuenta que lo inicié “al toque”,  y eso de madrugar no suelo hacerlo, y entonces me doy cuenta que es la influencia de Anita, lo que ella transmite. Me hace bien recordarla  y también  da valor. Es así que decidí escribir a pesar que un familiar me dice, ten cuidado, es un caso que ha generado controversia, te “funan” por Internet. Y es que en la cultura popular, puede ser incomprensible su hazaña, el hecho de poner la dignidad y libertad de decidir como seres humanos en nuestra vida y muerte por encima de normas rígidas y paradigmas.

Ana siempre fue libre y muy lúcida, y cuando ya no pudo trabajar,  ni aportar más, postrada,  parecía que se apagaba su luz en el olvido, pudimos ver cómo ella más bien cobró más  fuerza con su voz y mensaje, y firme decisión final, siendo noticia a nivel mundial, convirtiendo su lucha en un hito en la historia del Perú, como reconoció la Defensoría del Pueblo.

Gracias por su vida y su legado.

Vuela alto eterna Anita.

Ana Estrada. A pocos días de su partida

Lic. Elizabeth Selem – Psicoterapeuta psicoanalítica de la promoción XXI del CPPL

Ana Estrada: amiga muy estimada y admirada

Me ha sido tan difícil escribir este texto, que agradezco me lo hayan solicitado. No sabía si debía hacerlo a modo de despedida, de expresión de mi admiración hacia Ana y/o del cariño que le he tenido y seguiré teniéndole. Ella estará presente siempre en mi mente y en mi corazón.

La recordaré como la mujer clara, fuerte y de una gran firmeza, persistencia y coraje para, desde el lecho en el que permanecía llevar adelante su lucha por una causa que no solo le iba a favorecer a ella. No fue egoísta ni quiso beneficiarse ella solamente. Su empeño se desplegó sabiendo que la ley que lograra podría favorecerle, pero también a otros. Y, sabemos que supo, a pesar de que sus fuerzas físicas no le acompañaban, creer y pelear por algo que significaba poner coto a lo que ya no era vida plena y sí evitar dolores y suplicios que no la engrandecían. Ella fue una gran mujer. Los que estuvimos cerca somos testigos de su fortaleza y valentía.

Ana tuvo paciencia. Empezó creyendo en algo que parecía imposible ser aceptado en nuestro medio. No fue fácil ni agradable esperar algo que al inicio nos parecía casi imposible.

Ana será siempre recordada y querida por todas las personas que, como ella necesitarán de ese recurso que ahora está siendo aceptado en nuestro país como un derecho. Ana no fue ni débil, ni egoísta, al contrario: consiguió lo que todos veíamos muy lejanamente posible.

Fue una persona digna como también lo fue su muerte. Es de admirar cómo tuvo no solo valentía sino paz y tranquilidad para planificar su partida de este mundo.

Lo que ha logrado Ana es no solo su descanso definitivo sino también convencernos de que la solidaridad es poderosa, igual que necesaria, pues hace fuerte a los que necesitan “caminar” hacia un objetivo significativo y valioso. Ella empezó publicando sus sus blogs, que nos ayudaron a tomar verdadera conciencia de su situación (reales limitaciones y dolores) que la apresaban y la disminuían como persona. Nos hizo partícipes, en ese entonces, de su padecer, y lo hizo sin quejas, ni reclamos a nadie. Esos escritos que leímos con admiración y extrañeza nos convocaron, no a tenerle pena o lástima sino que nos abrió el entendimiento y el alma, y nos invitó a un contacto y acompañamiento más cercano a pesar de no poder acudir físicamente a su lado siempre. Nos mantuvo siempre expectantes.

Soy yo testigo de su delicadeza y de su humor característicos. No la percibí nunca amargada; sí con cólera, por ejemplo, ante la pérdida de su intimidad, de su libertad, y ante la demora en la atención de su demanda de parte de la oficialidad, ante la desidia de muchos. Y también fui testigo de su reconocimiento y agradecimiento a las personas más cercanas (su familia, sus buenas enfermeras y sus amigo/as) y hacia los que pública y anónimamente creyeron en su lucha y la apoyaron en la búsqueda y consecución de lo que necesitaba para lograr la paz anhelada.

Sé que algunas personas no estarán de acuerdo con mis apreciaciones pero no importa. Yo logré, hasta donde se pudo, sentirla y estar cercana. Así leímos, y ella más que yo (mil veces, me lo dijo) el texto bíblico titulado. “No hay valores absolutos” y que empieza diciendo: “Hay bajo el sol un momento para todo, y un tiempo para hacer cada cosa: Tiempo para nacer y tiempo para morir; tiempo para plantar y tiempo para arrancar lo plantado… (Sigue, en Eclesiastés, 3)

 

Día del Niño Peruano

Daniel Dreifuss – Psicoterapeuta Promoción 01

Propongo, en esta ocasión, reflexionar acerca de las niñas y niños en el Perú ¿qué retos debe enfrentar la infancia en un medio en el que se están tomando decisiones políticas que no consideran realmente lo que un ser humano en formación requiere?

Es un problema ético el hecho de que una persona que no tiene las condiciones formativas adecuadas ingrese a un aula de clase y pretenda ser un profesor, es decir, un profesional que va a tener una importante influencia en el modo de pensar, relacionarse y ver el mundo de otros seres humanos, aún inmaduros. Niñas y niños, entonces se identifican con este adulto que carece de los recursos cognitivos y/o afectivos para esta tarea. Y este es un ejemplo que nos hace ver la enorme dificultad de nuestros políticos para proyectarse adecuadamente hacia el futuro de estos seres humanos en formación.

Imágenes de Nino Peruano - Descarga gratuita en FreepikPor otro lado, desde hace ya algún tiempo venimos hablando de los niños hiper-realizados y de los niños sub-realizados; dos extremos en los que el medio ambiente está fallado en su condición y necesidad de ser sostenedor. En un extremo se trata de niñas y niños que tienen más de lo que necesitan (triste minoría en nuestro entorno), rodeados de un contexto ficticio y superficial, aún más, paralelo, en la medida que se vinculan más con sus gadgets que con otras personas. Para estos niños, los demás “reales” sólo existen si los necesitan (cual objetos), dado que cuando algún adulto busca convocarles, es rechazado.

En el otro extremo tenemos a niñas y  niños que no tienen las mínimas condiciones como para ser adecuadamente sostenidos, cuidados y respetados. Víctimas de abusos y malos tratos, algunos huyen de sus familias, para caer en el abuso y violencia de las calles. Son personas cuyas juventudes están violenta y dolorosamente abortadas. Sin ilusión y con mucha rabia desconfían de los adultos y de las instituciones que representan ya que, desgraciadamente, pueden ser ambientes que replican los vínculos de abuso y malos tratos.

Es curioso tomar nota que estos niños, los que tienen demasiado y a los que les falta todo, no siempre despiertan ternura, amor, todo aquello que parece representar la infancia. Por el contrario, los primeros generan rechazo y los segundos temor y desconfianza e incluso, tal como lo describe D. Winnicott (1948), odio. Parecieran haber perdido su carácter humano, los primeros como objetos de consumo y los segundos como objetos de abuso y desconsideración.

Es por ello que resultan siendo verdaderos privilegiados y es de mucho alivio encontrarles por doquier, aquellas niñas y niños que gozan de infancias regulares, que son parte de familias en las que existen adultos maduros, suficientemente buenos para hacerse amorosamente responsables de sus miembros dependientes y en estado de desarrollo. En contextos apropiados se espera mejores niveles de salud mental y como consecuencia futuros adultos más saludables y responsables por el cuidado de sí mismos y de su entorno, tal como ocurriera con ellos en sus primeros años de vida.

La indignación ante situaciones que llevan a malos tratos hacia la niñez nos debe conducir a reaccionar apropiadamente con los recursos que están a nuestro alcance. Es así que el CPPL ofrece actividades de difusión y prevención y convenios con instituciones como con la municipalidad de San Borja.

Celebrando el Legado de Winnicott

Daphne Gusieff Torres – Psicoterapeuta Promoción 23

En el marco del onomástico de Donald Winnicott, es importante reflexionar sobre sus contribuciones trascendentales al campo del psicoanálisis. Winnicott, nacido el 7 de abril de 1896, emergió como una voz distintiva que enriqueció el campo psicoanalítico con ideas innovadoras sobre el desarrollo humano y las dinámicas interpersonales. Su concepto de “preocupación por el otro” es fundamental para comprender su enfoque en la relación terapéutica y su énfasis en la importancia de la autenticidad y la empatía en el proceso de tratamiento.

Donald Woods Winnicott: biografía y legado psicoanalíticoPara Winnicott, la “preocupación por el otro” se refiere a la capacidad del analista para involucrarse genuinamente con el paciente, demostrando un interés activo y una sensibilidad hacia sus experiencias emocionales y necesidades internas. Esta preocupación auténtica y empática es esencial para establecer una relación terapéutica segura y facilitadora del crecimiento psicológico.

En su obra seminal “El proceso de maduración en el niño”, Winnicott explora en profundidad el papel crucial que desempeña la “preocupación por el otro” en el desarrollo emocional del niño. Destaca la importancia de la madre suficientemente buena, quien, a través de su capacidad para sintonizar con las necesidades del bebé y proporcionar un ambiente emocionalmente nutritivo, fomenta un sentido de seguridad y confianza en el mundo. Esta preocupación materna por el otro sienta las bases para el desarrollo saludable del self y las relaciones interpersonales del individuo en la vida adulta.

En el contexto terapéutico, la “preocupación por el otro” implica más que simplemente escuchar al paciente; implica una profunda implicación emocional y una conexión genuina con su mundo interno. Winnicott enfatizó la importancia de que el analista esté verdaderamente presente y disponible para el paciente, demostrando una preocupación activa por su bienestar psicológico y un compromiso genuino con su proceso de exploración y crecimiento personal.

La idea de la “preocupación por el otro” de Winnicott también se relaciona estrechamente con su concepto de “objeto transicional”. Así como el niño utiliza un objeto transicional para facilitar la transición entre la dependencia y la independencia, el paciente puede utilizar la relación terapéutica como un espacio transicional donde explorar y procesar sus emociones, pensamientos y fantasías de manera segura y sin juicio.

El legado de Donald Winnicott en el campo del psicoanálisis nos recuerda la importancia fundamental de la conexión humana y la empatía en el proceso de tratamiento psicológico. Su concepto de “preocupación por el otro” nos insta a ir más allá de las interpretaciones y técnicas psicoanalíticas para conectar verdaderamente con la experiencia humana de nuestros pacientes, ofreciendo un espacio seguro donde puedan explorar, crecer y sanar.

En conclusión, el legado de Donald Winnicott en el campo del psicoanálisis es innegablemente profundo y perdurable. Su enfoque en el desarrollo humano, la importancia del espacio transicional y la relación terapéutica ha enriquecido tanto la teoría como la práctica clínica. En su onomástico, celebramos su vida y su obra, recordando con gratitud sus valiosas contribuciones que continúan inspirando y guiando a generaciones de psicoterapeutas y profesionales de la salud mental.

Siempre se puede volver

Lic. Enma Raquel Quispe – Psicoterapeuta en formación Prom 38

Y es que tres años se han ido volando…Una lo puede pensar así, pero de mil maneras, seguramente han pasado infinidad de cosas, muchas de ellas más significativas se han quedado, haciendo un espacio en nuestros corazones.

Haber podido formar parte del equipo de editores del Boletín del Centro, siempre será un recuerdo grato, dulce y, cómo no, un reto. Reto que se puede resumir en llamadas que buscan la generosidad de quienes comparten el psicoanálisis, para que nos permitan acceder a sus reflexiones plasmadas en una hoja, siempre digital, que llevaba en sí misma la profundidad de quienes nos comparten sus escritos.

Y es que no siempre es fácil, coincidir con los tiempos libres de quienes buscan en las letras enlazar ideas, sentimientos y reflexiones. Porque creo que un escrito no solo puede ser fruto de una reflexión meramente racional y entonces sí, nos regalan algo más que se une a nuestras propias fibras íntimas y entonces el texto cobra vida, así me gusta pensarlo.

Considero que esta experiencia ha significado muchas vivencias para mí también: el proceso de aprender, la dedicación al editar y esperar que cada tema que el equipo pensó sirva como punto de reflexión a quienes llegue el boletín.

Pienso que desde el psicoanálisis, acompañando lo que duele en la vida de las personas, poder acercarnos al arte, a la escritura, la música, o cual quiera otra expresión de este tipo, nos permite poder,  decir  y quizá  elaborar esa parte dolorosa de la vida que nos traen  a quienes acompañamos.

Estoy agradecida por esta experiencia, cada uno sabe en la intimidad de su corazón qué significa, en lo más profundo, lo que se vive día a día.  Parafraseando a Mercedes Sosa, uno no siempre se despide insensiblemente de pequeñas cosas. Uno a veces se va de estas pequeñas grandes cosas, con recuerdos amables y con muchas cosas que pensar cuando sea el momento.

Que las letras sigan danzando a son del psicoanálisis, para poder leer a nuestros compañeros en formación, a nuestros maestros y quien quiera escribir para contarnos un poquito de lo que guste.

Por mi parte, toca que me baje en esta parada del tren, para dar lugar a otra persona como parte del equipo de edición, agradecida y convencida que hay cosas cotidianas que se tiñen de sabor a eternidad. Sigamos escribiendo y leyendo, para comunicarnos un poco más.

Pescadores arrastrando la barca