¿Qué es una madre suficientemente buena?: Experiencia desde la observación de infante
Estela Martínez – Egresada XXXV
Winnicott describe a la “madre suficientemente buena”, como aquella que es capaz de satisfacer las necesidades del infante al principio y de hacerlo tan bien que el infante, cuando emerge de la díada de la relación infante – madre, puede tener una breve experiencia de omnipotencia; así mismo las tendencias hacia el desarrollo empezarán a desplegarse y el pequeño experimentará movimientos espontáneos y se convertirá en poseedor de las sensaciones apropiadas a esta fase de la vida.
El autor plantea que el entorno inmediato alrededor del bebé debe ser obsesivo en términos de rutinas y rituales -en la repetición está la clave-, de manera tal que le va a permitir al bebé identificar y prever cosas y situaciones, así, su dominio del mundo externo del bebé, depende del de su mundo interno que se crea por este entorno previsible.
Desde la experiencia que he tenido en la observación de infantes, observando a Sebastian, hijo de Armando (22 años) y Diana (21 años), ambos de procedencia venezolana; en la observación pude ver, cómo la madre desde sus propios instintos maternales, ha ido permitiendo el crecimiento de este infante, dándole las atenciones necesarias y oportunas, de acuerdo a sus propias demandas, pero también frustrándolo en algunos momentos.
Pese a la precariedad material en la que vive esta familia, el vínculo no se ha visto invadido, es más, este es abundante y suficiente, la madre está ubicada en su rol y los familiares procuran darle el entorno suficientemente bueno para que se desarrolle este vínculo.
Al comienzo, en los dos primeros meses del bebé, pude observar que la madre pasaba gran parte del tiempo en la cama con él, lo amamantaba, lo cambiaba, era como un proceso en el que aprendía a leer al bebé de una manera inconsciente y muy instintiva, la lactancia iba siendo de diversas maneras, en la cama echada, en otro momento sentada, de manera tal que el bebé esté cómodo, pero ella también.
Otro aspecto importante en esta relación madre-bebé, es que la familia (el marido y la abuela), le daban el sostenimiento necesario para que ella realice su rol de madre, básicamente su tarea era atender al bebé, asimismo el padre contribuía con los quehaceres domésticos, y la abuela apoyaba con qué el lavado de la ropa del bebé. Era curioso ver a esta pequeña familia, cómo de manera natural dar el espacio necesario y el acompañamiento a una madre primeriza para que pueda tener la capacidad de leer y entender a su bebé.