Más de 40 años al servicio de la salud mental

Las víctimas en la memoria colectiva

Ana Cecilia Carrillo S. – Egresados Promoción 37.

 

Los acontecimientos generados por la violencia política en el Perú (1980-2000), se mantienen aún como un asunto pendiente, que aún necesitamos reelaborar, pensar, analizar. Las sociedades a través de su memoria social tienen la posibilidad de reelaborar y resignificar los acontecimientos traumáticos que han generado cambios profundos al interior de ellas, dotándolos de sentido.  Contribuyen a ello las expresiones artísticas así como la construcción o creación sitios de memoria y monumentos conmemorativos erigidos en torno a estos acontecimientos. En ellos se da presencia y voz a quienes no han sido escuchados: las víctimas, visibilizándolos. Esta construcción de sentido, de la memoria colectiva, necesaria para la reelaboración y sanación es equiparable con nuestra práctica psicoterapéutica.

Muchas memorias locales han quedado registradas en grabados y dibujos, retablos o tablas de Sarhua. Ellos nos muestran de modo explícito escenas de torturas, violencia y mutilación realizadas tanto por los senderistas como por miembros de las fuerzas armadas.

El relato visual Yuyanapaq -Para Recordar-, buscaba generar empatía hacia las víctimas y sus deudos, quienes eran generalmente pobladores de las zonas rurales del país. En el monumento “El Ojo que Llora” (Nina Mutal), aparece el nombre de cada una de las víctimas. La inclusión de los nombres de las victimas les da visibilidad, existencia y ciudadanía. Tenemos también el memorial de Domingo Garibaldi “Sino vuelvo búscame en Putis”, que consiste en fotografías de objetos que convocan a las personas que los poseyeron pero ya no están: un zapato, un chullo, una chompa, etc. Esto da la posibilidad de pensar en las víctimas a través de sus objetos.

Los espacios o sitios de la memoria tienen un rol protagónico en este proceso de pensar y reelaborar este acontecimiento traumático y de dar lugar y reconocimiento a las víctimas. El Lugar de la Memoria (LUM) busca conectar la memoria histórica, colectiva e individual a través de su muestra permanente y de la arquitectura del edificio. En Ayacucho se encuentra el Museo de la Memoria de la Asociación Nacional de Familiares Secuestrados, Detenidos y Desaparecidos del Perú (ANFASEP), donde se reproduce el horno en el que los cuerpos de las víctimas fueron incinerados en la base militar de Los Cabitos, se muestran las fosas comunes con los cuerpos expuestos y los fragmentos de ropa recobrada de cuerpos de las víctimas. Nos presenta la realidad descarnada de la violencia, para confrontar al visitante.

Te puede interesar

Ser mujer en el Perú

Lucero Velarde Russo | Terapeuta en egresada Promoción 38   “La feminidad se pude ejercer de distintas formas, que no…

La salud mental en nuestros días

Pedro Morales – Médico Psiquiatra y Psicoanalista.   Quiero empezar comentando que hace poco se ha dado un decreto-ley que…

La llegada de la primavera

Sonia Inca – Egresada Promoción 38. Mis recuerdos me generan sentimientos al revivir eventos relacionados a la primavera. Recuerdo que…