Sandra Figueroa Morales

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“Si no hay debate, no hay psicoanálisis”

Entrevista a Liliana Granel, Directora de la Formación Académica y Presidenta del CPPL

Por Giancarlo Portugal 

 

Liliana Granel, presidenta del Consejo Directivo de nuestra institución, nos ha concedido la presente entrevista para dialogar entorno a la figura de Melanie Klein. Nuestra presidenta se formó en Argentina, en un momento donde la figura de Klein era hegemónica, un momento en el que se vivía la novedad de la teoría de las relaciones de objeto y en el que el psicoanálisis de niños no era un consenso clínico. En la presente conversación, Liliana logra plantear una introducción al sistema metapsicológico kleiniano, pero, además, logra señalar las distinciones con lo postulado por Sigmund Freud y Anna Freud.

Primero que nada, muchas gracias por la entrevista Liliana. Te comento que esta entrevista nace porque, en una clase de 2do año aquí en la Escuela, a mí me impresionó  algo que dijiste: ‘A mí la teoría más compacta, la que más sentido me hace, es la de Klein’. En ese momento yo tenía mucho prejuicio con Klein y recuerdo pensar “bueno, si a Liliana le parece valiosa, algo bueno debe tener”. Ahí empecé a investigarla y a apreciarla. Así, mi primera pregunta sería ¿por qué considerarías importe a Klein en el psicoanálisis?

Pienso que Klein es un referente importantísimo en el edificio del psicoanálisis. Por supuesto que el fundador es Sigmund Freud, pero Klein trae unas ideas que postulan, incluso, una nueva metapsicología. Melanie Klein trae un psicoanálisis de niños con nuevas aportaciones. Hay que recordar que con ella nace el psicoanálisis de niños, porque Anna Freud lo que planteaba era una pedagogía hacia los niños, Klein no.

Te comento. La teoría de Klein tuvo mucho éxito y difusión en el pensamiento psicoanalítico en Argentina. Fue traída por Arminda Bergasturi, una psicoanalista de niños muy importante de Argentina. Ella y Betty Garma tradujeron una de las obras principales de Melanie Klein, El psicoanálisis de niños. Con esta traducción, impregnan el pensamiento de psicoanalistas argentinos por varias generaciones.

 

¿En qué año habrá sido la traducción?

1948-1950

 

¡Ah, seguía viva Melanie Klein!

Sí, tanto así que, hay una frase que se comenta que Klein dijo: “¿Cómo puede ser que en Latinoamérica me admiren tanto y que aquí cuestionen mis teorías?”. Esto aludía específicamente a las Controversias que se dieron entre Anna Freud y Melanie Klein. Esas controversias estuvieron fundadas porque Anna Freud y Melanie Klein tuvieron posiciones bastante opuestas respecto al objeto de estudio y el trabajo clínico con los niños. A Anna Freud le debemos, creo yo, todo lo que ella desarrolló sobre los mecanismos de defensa y a Melanie Klein le debemos realmente cómo ella con minuciosidad estudió y profundizó en la mente de los niños. La gran diferencia entre ambas es que para Anna Freud los niños no producen transferencia y para Melanie Klein, sí se produce una transferencia con el analista. Una de las incorporaciones que hace Klein a la clínica con niños es la propuesta de la caja de juegos, cosa que no existía antes, la caja de juegos con contenidos específicos para poder entender qué simboliza el niño con esos juegos y esos juguetes que se ponen la caja.

 

Antes de continuar por esa parte, quería preguntarte ¿cómo ves, a nivel teórico, la relación entre Sigmund Freud y Melanie Klein? Porque Klein siempre en sus textos está diciendo “según Freud…” en tono de continuidad. Es verdad que a veces sí dice, parafraseando, ‘Freud señala X, pero no estamos tan de acuerdo’, pero ella siempre se reclamaba continuadora ¿Tú sí la planteas como una nueva metapsicología?

Yo pienso que por supuesto no es que descarta totalmente a Freud, pero propone nuevas ideas. Por ejemplo, propone que la estructuración de la mente es a partir de la relación objetal al inicio de la vida, a través de la identificación proyectiva y la identificación introyectiva. Otra de las ideas de ella es que hay, al inicio de la vida, suficiente Yo para sentir ansiedad y para establecer defensas frente a esas ansiedades. También una de las ideas de ella fundamentales es la relación entre instinto de muerte y la envidia privada, que sería el derivado. Igualmente, postula las posiciones esquizo-paranoide y la depresiva, que van a diferir con el desarrollo libidinal que plantea Freud. También, Klein postula un Edipo temprano que, sí, va hacia el Edipo de Freud, pero es anterior. En este caso, este Edipo no se lleva a cabo en triangulación con el padre, se lleva a cabo en el interior del cuerpo de la madre, con los objetos que el niño cree que la madre tiene. Finalmente, otro concepto que creo que es central es el de fantasía inconsciente, que va a dar lugar a lo que se llama los objetos internos.

 

Las Delicias de Hieronymus Bosch - Clavoardiendo Magazine

     El jardín de las delicias – El Bosco (1505)

 

¿Pero esta metapsicología no la consideras complementaria a la de Freud?

Es complementaria, pero es muy novedosa, porque si va a decir que hay un Yo que siente ansiedades y realiza mecanismos de defensa para defenderse de dichas ansiedades, es distinto. Si va a decir que hay una posición esquizo-paranoide y depresiva, es distinto al camino libidinal de las distintas etapas a través de lo oral, anal y fálico ¿Se pueden complementar? Claro, siempre se puede, pero trae algo novedoso.  La fantasía inconsciente es bien novedosa, la envidia primaria es bien novedoso y que de aquí nazca la gratitud es bien novedoso. Claro, nunca queda descartado Freud, pero son ideas bien propias. Vos imagínate, ella va a decir ‘el yo, desde el inicio, tiene relación de objeto’ o el ‘Edipo temprano, en el interior del cuerpo’. Eso no lo dice Freud. Y de ese Edipo temprano deriva un Superyó temprano y este Superyó tiene las mismas características del Superyó de Freud, no reniega de este, pero dice ‘hay uno previo’ y este Edipo temprano es un Edipo desgarrado entre el amor y el odio. El Superyó justamente va a ser un Superyó que se va a conformar en la ley del talión, ojo por ojo y diente por diente.

Ahora, ¿por qué esto me interesa? Porque lo puedo ver en adultos, puedo ver esta posición esquizo-paranoide, desgarrada entre el amor y el odio, posición en que lo bueno y lo malo están totalmente separados y puedo ver que se van juntando cuando ese sujeto va entrando en una posición depresiva porque se da cuenta de que es el mismo objeto y puedo ver que para que se produzca la posición depresiva va a tener que predominar lo bueno. Eso sí, en todo esto, estamos teniendo otros términos distintos a los de Freud.

 

Una de las críticas que se le hace a Klein – desde el middle group y Winnicott – es una desatención del ambiente y lo exterior. Baranger dice que es una crítica injusta, que si bien hay un énfasis en Klein sobre la fantasía, es solo énfasis de explicación ¿Consideras que es una crítica justificada o injustificada?

No sé ponerlo como justificada o injustificada. Creo que hay una, en el pensamiento de Klein, en los objetos internos como predominantes frente al mundo externo. Sí hay una predominancia en su pensamiento. Hoy en día, me animaría a decir que no podemos prescindir del mundo externo y de cómo ese niño está inserto en un grupo familiar, pero sí soy de la posición de que no tenemos que perder de vista los objetos internos ¿Cómo ese niño, niña o adulto, en su subjetividad, ha conformado sus objetos internos y/o los mandatos que tiene? Y no es que nos salimos del mundo externo, porque no lo podemos evitar, pero nuestras intervenciones y nuestra mirada es al mundo interno y a los objetos internos de ese sujeto. Puede empezar hablando del mundo externo, pero qué significará en el interior del sujeto. Por ejemplo: una paciente que, a lo mejor, está tomada por muchos temores y al estar tomada por muchos temores externos que existen como los terremotos o los huracanes o el mar, pero qué significa para este sujeto ese específico peligro. Por decir, ¿qué significa al interior del sujeto el huracán? Dice ‘no puedo salir de mi casa entonces mejor me quedo’. Entonces, si uno se queda en el exterior, no estamos mirando que los objetos internos son padres ya internalizados que le están diciendo ‘alejarte es peligroso’ o ‘el mundo es peligros’ y sí lo es, pero en el mundo interno de esa persona, toman una subjetividad. Entonces, sí yo soy mucho de mirar el mundo interno de ese sujeto y no es que no tome lo externo, pero rara vez voy a dejar de pensar qué significa esto o aquello en este sujeto.

 

Aprovechando que has puesto ejemplos clínicos, una de las críticas que se le hace mucho a Klein es la brutalidad de la interpretación y su trabajo de la transferencia negativa. Estella Welldon contaba que su segundo analista solo trabajó transferencia negativa y ella le denominaba como un ‘kleiniano puro’. En general, incluso, en las interpretaciones de Klein a niños se explicitaba de manera encarnizada que el niño quería comerse, por ejemplo, a su mamá. Viene a mi mente que, en algún curso, me decían que se puede ser kleiniano metapsicológicamente y no clínicamente ¿Qué tan relevante es Klein en la clínica en este momento?

Creo que las críticas a sus intervenciones están bien difundidas. Si nos ponemos en la piel de Klein, creo que la descripción de la posición esquizo-paranoide y la posición depresiva es bien visible en los niños y que eso puede ser interpretable, sí. El bueno y el malo siempre muy separados. Creo que puede ser matizado en las interpretaciones y creo que como toda persona que postula algo nuevo lo va a postular con fuerza y quizá ella lo llevó a su extremo.

Relativo a la transferencia negativa, hubo una época donde sí, se decía ‘tiene que salir’ o ‘todo es transferencia negativa’. Sobre eso, creo que sí y que no. Creo que se va a dar con diferentes matices según el tipo de vínculo entre analista y paciente que se forme. Hay que estar atento, porque, en algún momento, se puede filtrar en más o menos. Creo que un análisis transcurre mejor en una transferencia afectiva amorosa, pero que aún así va a tener rupturas por odios o desacuerdos y que, al interpretarse, se puede continuar el análisis.

 

El Jardín de las Delicias | Hieronymus Bosch

Ella en algún texto sobre el término del análisis, mencionaba que no había forma de terminar un análisis si no se había trabajado la transferencia negativa. Me ha dado la impresión de que ha habido kleinianos que incluso quisieron ‘hincar’ al paciente para que se generen sentimientos nacidos de la envidia y querer trabajar esa transferencia.

No creo que uno pueda o que sería algo pensable el hincar al paciente con algo. Creo que lo que va surgiendo es lo que va surgiendo en la transferencia. Lo que sí es que en un análisis largo en algún momento va a surgir alguna transferencia negativa, pero que un analista activamente haga algo por ello… eso sí no lo considero. El analista va siempre a recibir y va a estar activamente en el diálogo con el paciente, pero no va a hincar. Sí creo que en un análisis bueno, algo de confrontación va salir con el analista, al estilo específico de ese paciente.

El jardín de las delicias – El Bosco (1505)

 

Actualmente, en las investigaciones del psicoanálisis relacional, conceptos como pulsión o, incluso, inconsciente son variables que podrían descartarse, no sé si son variables descartadas, pero descartables por lo menos. En este contexto, ¿la presencia de Klein te parece que sigue teniendo vigencia?

Sí. Creo que, por suerte, nada queda estático, todo va cambiando y se va  complejizando y se va entendiendo mejor la mente, qué sucede entre analista y paciente, se va creando nuevos conceptos teóricos a partir de la clínica, porque lo epocal nos inserta en una cultura y nos coloca en una posición de ver cómo analizamos, cómo interpretamos, cómo se forman estas mentes… creo que Klein sigue siendo valiosa en nuestra mente, por ejemplo, para entender envidia y gratitud, sigue siendo valiosa en cómo conceptualizamos los objetos internos y especialmente sigue siendo valiosa en las posiciones esquizo-paranoide y depresiva. Y por supuesto sus reflexiones sobre el amor y odio, el desgarro y no dejaría de lado para nada la pulsión sexual en la clínica, en las diversidades que puede tomar, pero el psicoanálisis nació de esa mirada. En ese sentido, hay teorías que son la piedra angular del psicoanálisis y después esto que el psicoanálisis relacional suma, pero aquello no lo podemos perder.

 

Con respecto a la pulsión de muerte sucede algo similar. Es un concepto bastante debatido y, por ejemplo, es famosa la formulación de Green de entender a la pulsión de muerte como desobjetalización, un desligar ¿Consideras que la lectura de Klein sobre la pulsión de muerte se sostiene actualmente o se ha visto afectada?

No sé si afectan, creo que hay una nueva manera de entender la pulsión de muerte. Ahora ¿podemos dejar de pensar en la pulsión de muerte? Yo diría que no. La podemos pensar como Green desobjetalizante, sí, pero sigue siendo pulsión de muerte. No podemos dejar de pensarnos en este mundo, así como está sin la pulsión de muerte.

 

Bueno, hay tradiciones que dicen que sí

Sí, sí, son posiciones diferentes. Ahora, la pulsión de muerte no es solo destructiva, es también fuerza. Sin fuerza no podríamos estar aquí hablando, por ejemplo, la fuerza de mi voz, la fuerza de lo que me decís, una mezcla de Eros y Tanatos permanente, es fuerza y no es agresión.

 

Es un tremendo tema, es bravazo

Por suerte es ‘bravazo’ en ese sentido, porque nos abre a seguir pensando y debatiendo, porque si no hay debate, no hay psicoanálisis.

Un final sin Final

Enma Quispe Yabar – Terapeuta egresada Promoción 38 

 

Han pasado cuatro años. Cuatro años significativos, entre alegrías, aprendizajes y frustraciones. El reconocimiento de nuestros propios límites y también de nuestras posibilidades. Entre seminarios, lecturas; no pocas, pero seguro no demasiadas. También  el analisis personal y las supervisiones. Han pasado estos cuatro años y como todo en la vida que acompañados el psicoanálisis vivimos la incertidumbre quizá con menos angustia, con la confianza de lo que se aprendió y la humildad de lo que nos falta aprender.

Han pasado cuatro años de formación que han sido una auténtica aventura, comenzando   la formación como un reto lleno de temores y esperanzas.

Imagen cargada

Las ilusiones han tomado forma, unas concretándose y otras se han ido desvaneciendo, pues la realidad también nos ha traído maravillosos regalos junto con duelos procesados. Cada momento vivido va dejando huellas imborrables, transformándonos y llevándonos a nuevos horizontes. Al término de este periodo, tal vez nos queda el sabor de la esperanza activa y de gratitud, porque si todo es fruto del esfuerzo que se pone para realizar el deseo, también hay una parte que tiene sabor a gratuidad y oportunidad de soñar nuestra vida al estilo Bioniano.

Considero que no existe hazaña, grande o pequeña, que se haya emprendido ni alcanzado sin partir de un estado inevitable de insatisfacción. Quizá, quienes iniciamos esta formación, sentimos precisamente eso antes de empezar, pero es un proceso tan personal que siempre estamos en constante aproximación y lo que digo seguro solo se acerca a los motivos de quien. Descubrir por qué uno elige ser psicoterapeuta psicoanalítico es una tarea nada sencilla. Seguro una interrogante con el tiempo podremos armarle la respuesta. Como no recordar las supervisiones, los resúmenes, los controles de lectura, las profundas clases de metapsicología y nuestro andar por las lecturas Desde Freud a Lacan, de Klein a Winicott, de Ferenzci a Bion y de Kohut al infinito y más allá de la teoría para pensar.  Todo conforma un viaje largo y vital que exige una mirada profunda a nuestro propio mundo interno. Es una aventura que requiere la valentía de abrazar el deseo y navegar en el por la realidad que nos rodea.

Mientras escribo esto, recuerdo a cada uno de los maestros que nos han guiado en este proceso de formación, a los compañeros de este viaje, a los puntos de vista diferentes y otros más parecidos, a las interminables revisiones de teóricos, las risas y las amistades que se han forjado, y la capacidad de acompañar el dolor de otro, ya sea manifestado en un síntoma o puesto en palabras.

Han sido cuatro años maravilloso, llenos de aprendizajes, uno se siente parte de la familia del CPPL, de las jornadas, congresos, otras promociones. Sé que vienen otros caminos, en este término interminable, como todo lo que tiene ver con el psicoanálisis, un camino sin final, un camino plagado de aprendizaje y gratitud.  Creo que un día habrá un espejo que refleje con nitidez no solo las líneas del rostro o de la mano, sino también el puntaje acumulado en el arduo oficio de vivir, con bonus incluido. Mientras ese espejo no esté disponible,  nos ampara el psicoanálisis para bucear en nuestro lado oscuro para recuperar la evidencia, por ahora invisible, de nuestros mejores aprendizajes y de nuestros momentos de dolor no procesados.  Y en tanto disfrutar de la vida, de lo bonito y también de lo doloroso que es inevitable.

Como no sentir que hemos transitado cada quien y cada cual, por un centro que nos ha formado como una madre suficientemente buena. Y que tiene el rostro de nuestros maestros, supervisores y nuestros analistas.  Y a mí en este punto solo me queda decir: ¡siempre gracias!!

“…si nos hubiera matado mejor hubiera sido pues”

Viviana Valz Gen – Psicoterapeuta

 

A 21 años, de la entrega del Informe Final (IF) de la Comisión de la Verdad y reconciliación (CVR) . Salomón Lerner, presidente de esta, nos recordaba recientemente, que con el IF, se vivía un momento de fundadas esperanzas, muchas expectativas por todo lo que había por hacer, nos imaginábamos esta gran tarea de aprender de lo vivido, poder crear condiciones para trabajar los temas de fondo. Sin duda uno de los más importantes en el campo de la salud mental.Dificultades y respuestas de los y las familiares de víctimas del conflicto armado interno en el contexto del COVID-19 (Parte I) - IDEHPUCP
No se trata de “atender”, únicamente a las víctimas, cosa que sigue siendo necesaria; la realidad nos imponía una revisión de lo que había sucedido durante el CAI, no solo ocuparnos de la justicia y reparación integral de las personas directamente afectadas, sino sobre todo abrir un espacio de reflexión, análisis como país, mirando la participación de todos, crear condiciones para una transformación orientada a trabajar los problemas de fondo del país: esta organización social y del Estado, hecha estructura psíquica en la mayoría de los peruanos y peruanas permitió, toleró, incluso negó hechos de tanta violencia.
Desde el psicoanálisis podemos aportar tanto en el logro de mejores condiciones de vida, identificar lo que aún nos falta por procesar psíquicamente como país, como colectivo y que se hace presente en los hechos de violencia, durante las protestas sociales (dic 22 – mar23): 50 civiles y un policía murieron, más de 1,400 gravemente heridas durante las protestas . El relato de las personas afectadas hoy nos recuerda los relatos durante el CAI. Sin duda mucho por hacer aún, no podemos aprender de lo vivido, de lo sufrido.
También vemos avances, dolorosos por el tiempo que ha transcurrido y la afectación en la vida de mujeres, cuya adolescencia les fue arrebatada, entre 13 y 18 años cuando fueron víctimas de abuso sexual, en manos de miembros del Ejército Peruano.
Este 19 de junio, se dictó la sentencia del caso Manta-Vilca, (Huancavelica). La justicia y el reconocimiento ayudan a sanar heridas, promueven bienestar. Pero desde una perspectiva psíquica, no podemos dejar de observar los 50 años, esperando, el daño emocional es fuerte y se ha constituido en parte de sus vidas.

La justicia condenó con penas entre 6 y 12 años de cárcel a 10 exmilitares procesados por violación sexual. Un veredicto histórico: “Se condena a los acusados por los delitos contra la libertad y el honor sexual, considerados de lesa humanidad”, sentenció el juez.
Las señoras de Manta y Vilca nos remiten a las vivencias de muchas mujeres, del cuerpo como un territorio de lucha, son usadas para someter a la población, para humillar a los hombres, infundir miedo, un mecanismo para ejercer el control. El cuerpo de la mujer como instrumento para humillar a un “otro”. El dolor y sufrimiento se incrementaron en muchos casos, por embarazos no deseados, niños y niñas nacidas en ese contexto.
Las mujeres, son especialmente vulnerables, un problema, aún vigente : la discriminación histórica y profunda de la mujer. La “naturalización” de la violencia sexual a las mujeres; hace aún más difícil abordar el tema, se constituye en un “secreto compartido”, se sabe que sigue sucediendo, pero no se habla de ello.
Hay que valorar la capacidad de respuesta y de organización de las mujeres, no se quedaron como víctimas pasivas de la violencia; muchas de las organizaciones de afectados son lideradas e impulsadas por mujeres. Tienen además una gran capacidad de empatía y disposición para el apoyo a otros.
La violencia sexual deja, huellas dolorosas en la autoimagen, la autoestima personal. Muchos fenómenos psicológicos concurren en la defensa de la integridad emocional, la cohesión del “sí mismo”, son frecuentes las vivencias de “dejar de sentir el cuerpo” o “verlo como ajeno” “desconectarse”, “no me está pasando esto a mí”, “esto es sólo una pesadilla”.
Dentro de la lógica de la cultura patriarcal, hay poco espacio para la afectación asociada a la incapacidad de vivir una sexualidad plena. Muchas mujeres sienten que su “ser mujer” les recuerda la humillación, el dolor, que el espacio en el que podían desarrollar experiencias y encuentros con el placer, con la ternura han sido invadidos y permanecen en muchos casos ocupados.
¿Cómo aportar a des estigmatizar a las mujeres como víctimas? Con reconocimiento y políticas públicas que muestren no solo respeto y empatía, sino resaltando sus capacidades de afrontamiento, resistencia y la acción transformadora de las mujeres víctimas y sobrevivientes de la violencia en Perú.

El Adulto Mayor

Lourdes Schutte – Psicoterapeuta Promoción 35

Con mis años ya corridos, como fichas de escolaso.
Sin haber tenido nunca un buen puerto donde anclar
Así crucé por la vida, llevando siempre a mi paso
La esperanza de que un día me llegase a acomodar

(Campaneando La Vejez. E. Escaris)

Gretta, con sus 78 abriles, ingresa por primera vez al consultorio, con rostro incrédulo y pasos cautelosos se asoma, identifica el lugar que la espera y se sienta diciendo: “haber pues… no sé si se pueda hacer algo pero acá estoy. Porsiacaso no vengo por mi, vengo por mi hija. Ella y yo no nos llevamos bien, aunque no vivimos juntas cuando nos vemos o hablamos alguna discusión aparece. El problema es mi hija. Ando con la rodilla medio mal pero en fin a mal tiempo buena cara …” “Vivo sola ¿qué más puedo decir? no podría vivir con nadie más, claro que mi casa quedará para mi hija cuando yo me vaya a la otra. El otro día fui al velorio de un amigo, él estuvo muy triste desde que dejó de trabajar…” – Gretta relata con minuciosidad cómo y cuando conoció a su esposo, deja correr sus recuerdos, detalla diversas escenas de su vida, casi al final de la sesión aclara: “recuerde que el problema no soy yo sino mi hija…”Así afecta la soledad al cerebro de las personas mayores

Las viñetas de los adultos mayores suelen tener la particularidad de incluir temas que abrazan añoranzas, recuerdos, preguntas, reflexiones y preocupaciones propias de la longevidad. Infaltable los refranes y el lenguaje adornado para tocar temas tan complejos como la enfermedad y la muerte. En ocasiones hasta las resistencias y defensas transitan con aires de naturalidad como si se preguntaran ¿qué más se puede perder?

La atención puesta en otros parece ayudar a iniciar un amplio despliegue de contenidos, especialmente si traen en mente a un familiar cercano. Gretta trae a su hija en mente, algo la confunde, por un lado parece querer pedirle que la visite, la llame, la salude, que esté para ella cuando la necesite y a la vez no quiere ser mirada como una niña solitaria, dependiente e indefensa.

Los temas acerca de las enfermedades o el deterioro del cuerpo es otra forma de expresar que el cuidado continuo es una necesidad, las visitas a los médicos son más frecuentes. La preocupación aparece tanto al recibir diagnósticos como al continuar con tratamientos “de aquí en adelante” y a “no olvidarse” de tomar la medicación indicada. Las mesitas de noche se van llenando de recetas y de apuntes de próximas citas. Los cuidados ocupan el día a día.

Un recorrido hacia atrás detiene sus recuerdos en alguna pérdida o en aquello que no pudo ser. La muerte de amigos y familiares los remite a pensar y vivir su propia muerte, tal como describe Alizade (1995) “Vivir la muerte quiere decir aproximarse en estado de vigilia, de curiosidad lúcida, a una experiencia que no es nunca la experiencia de la muerte misma sino más bien la experiencia de las vivencias de los tiempos previos a su advenimiento”. La posibilidad de “irse a la otra” como dice Gretta, está latente.

Los adultos mayores suelen asociar la dedicación puesta en el trabajo, a lo largo del tiempo, con la forma en la que llegaron a la jubilación.  Las organizaciones, por su parte, colocan su atención en los procesos de selección y evaluación del desempeño laboral, al acercase la etapa de jubilación del personal, en el mejor de casos, suelen preparar un agasajo protocolar, sin tomar en cuenta el impacto que podría evidenciarse en el trabajador después de la desvinculación. Esta etapa podría direccionarse, a través de procesos que permitan acompañarlos en la elaboración de un organizado plan personal de vida. El que estaría encaminado a que el jubilado o jubilada continúe poniendo sus facultades en aquello que desea hacer o que ha sido postergado. Se trata de entrelazar las posibilidades con sus intereses y prioridades.  Así se podría evitar que personas, como el amigo de Gretta, sufran un decaimiento en su salud emocional a partir de la pérdida del trabajo.

Es importante transparentar la viabilidad de iniciar un ciclo fructífero durante la vejez, que permita encontrar un orden y además ir descubriendo una visión flexible para lo que se quiera ir integrando de la vida misma, es una oportunidad que provoca, dentro de todo, también ilusión. Recordemos que “La madurez biológica es un buen tiempo para el advenimiento de la madurez psíquica” Alizade (1995).

 

 

“¡Un psicoanalista no se jubila nunca!”

Jorge Gorriti – Psicoterapeuta Promoción 36

Es una frase de Asbed Aryan, psicoanalista de origen egipcio criado y formado en Argentina. Ante la repregunta responde: “Ser psicoanalista es más que ejercer una profesión, un trabajo…es una manera de ser en el mundo.” Psicoanalista Jacques Lacan: teoría psicoanalítica Lacaniana

La evidencia de lo dicho nos la ofrece Sigmund Freud quien trabajó hasta la noche anterior a su muerte (entrevista con CS Lewis) a sus 83 años. Tenemos también a Wilfred Bion cuyo último libro “Memorias del futuro” fue publicado poco antes de su muerte a los 82 años; Jackes Lacan dicta charlas y seminarios hasta un año antes de su muerte a los 80 años; André Green publica “L’espérance” a los 84 años y muere a los 85; Donald Winnicott publica Realidad y Juego a los 75 años, edad en la que fallece; “Envidia y gratitud” de Melanie Klein es publicada a sus 75, tres años antes de su muerte.  Otto Kernberg a sus 95 años sigue publicando: “Envidia, odio y la misión de la psicoterapia: explorando la mente negativa (2023)”.

Desde el grupo Adulto Mayor del CPPL, con ocasión del XII Congreso de FLAPPSIP, entrevistamos al psicoanalista uruguayo de 87 años Marcelo Viñar  y le pedimos que nos diga qué piensa sobre la jubilación como ese acontecimiento que para la gran mayoría marca el fin de una vida laboral y el inicio de una nueva e incierta etapa. Marcelo empezó hablando de la vida como ese camino impredecible que nos posiciona ante el horizonte de la muerte y evocó a su padre quien ante esa misma pregunta respondió: “que sentía que sus 70 años eran un momento glorioso, porque él era un millonario en experiencias, un millonario en recuerdos y evocaciones. Es decir, que transformó la pregunta que lo polarizaba o que lo depositaba en un lugar de dolor, hacía un lugar de celebración, de festejo”

Y luego nos habló de su vida, de sus nietos, de su declinación física, de sus cada vez más escasos pacientes: “claro ahora hay que dejar los casos graves, hay que buscar jóvenes impetuosos para que se hagan cargo. Y si uno tiene suerte, ese joven que recibió al paciente nos pide una supervisión”. Marcelo soltó dos frases que terminaron dando título a la entrevista: “Vivir la vida vale la pena… pero… sería terrible que el hombre fuera inmortal”.

Fuimos a preguntarle por la jubilación pensando en ese momento crítico, de quiebre, en el que el cese del espacio laboral marca el hito hacia la declinación y a ese sentimiento de inutilidad y de carga en el que nuestra sociedad moderna y capitalista coloca a sus jubilados. Y Marcelo desde sus 87 años de psicoanalista activo, que acude a conferencias, que da entrevistas; nos responde, que de la vida uno no se jubila.

 

 

Día del Niño Peruano

Daniel Dreifuss – Psicoterapeuta Promoción 01

Propongo, en esta ocasión, reflexionar acerca de las niñas y niños en el Perú ¿qué retos debe enfrentar la infancia en un medio en el que se están tomando decisiones políticas que no consideran realmente lo que un ser humano en formación requiere?

Es un problema ético el hecho de que una persona que no tiene las condiciones formativas adecuadas ingrese a un aula de clase y pretenda ser un profesor, es decir, un profesional que va a tener una importante influencia en el modo de pensar, relacionarse y ver el mundo de otros seres humanos, aún inmaduros. Niñas y niños, entonces se identifican con este adulto que carece de los recursos cognitivos y/o afectivos para esta tarea. Y este es un ejemplo que nos hace ver la enorme dificultad de nuestros políticos para proyectarse adecuadamente hacia el futuro de estos seres humanos en formación.

Imágenes de Nino Peruano - Descarga gratuita en FreepikPor otro lado, desde hace ya algún tiempo venimos hablando de los niños hiper-realizados y de los niños sub-realizados; dos extremos en los que el medio ambiente está fallado en su condición y necesidad de ser sostenedor. En un extremo se trata de niñas y niños que tienen más de lo que necesitan (triste minoría en nuestro entorno), rodeados de un contexto ficticio y superficial, aún más, paralelo, en la medida que se vinculan más con sus gadgets que con otras personas. Para estos niños, los demás “reales” sólo existen si los necesitan (cual objetos), dado que cuando algún adulto busca convocarles, es rechazado.

En el otro extremo tenemos a niñas y  niños que no tienen las mínimas condiciones como para ser adecuadamente sostenidos, cuidados y respetados. Víctimas de abusos y malos tratos, algunos huyen de sus familias, para caer en el abuso y violencia de las calles. Son personas cuyas juventudes están violenta y dolorosamente abortadas. Sin ilusión y con mucha rabia desconfían de los adultos y de las instituciones que representan ya que, desgraciadamente, pueden ser ambientes que replican los vínculos de abuso y malos tratos.

Es curioso tomar nota que estos niños, los que tienen demasiado y a los que les falta todo, no siempre despiertan ternura, amor, todo aquello que parece representar la infancia. Por el contrario, los primeros generan rechazo y los segundos temor y desconfianza e incluso, tal como lo describe D. Winnicott (1948), odio. Parecieran haber perdido su carácter humano, los primeros como objetos de consumo y los segundos como objetos de abuso y desconsideración.

Es por ello que resultan siendo verdaderos privilegiados y es de mucho alivio encontrarles por doquier, aquellas niñas y niños que gozan de infancias regulares, que son parte de familias en las que existen adultos maduros, suficientemente buenos para hacerse amorosamente responsables de sus miembros dependientes y en estado de desarrollo. En contextos apropiados se espera mejores niveles de salud mental y como consecuencia futuros adultos más saludables y responsables por el cuidado de sí mismos y de su entorno, tal como ocurriera con ellos en sus primeros años de vida.

La indignación ante situaciones que llevan a malos tratos hacia la niñez nos debe conducir a reaccionar apropiadamente con los recursos que están a nuestro alcance. Es así que el CPPL ofrece actividades de difusión y prevención y convenios con instituciones como con la municipalidad de San Borja.

Celebrando el Legado de Winnicott

Daphne Gusieff Torres – Psicoterapeuta Promoción 23

En el marco del onomástico de Donald Winnicott, es importante reflexionar sobre sus contribuciones trascendentales al campo del psicoanálisis. Winnicott, nacido el 7 de abril de 1896, emergió como una voz distintiva que enriqueció el campo psicoanalítico con ideas innovadoras sobre el desarrollo humano y las dinámicas interpersonales. Su concepto de “preocupación por el otro” es fundamental para comprender su enfoque en la relación terapéutica y su énfasis en la importancia de la autenticidad y la empatía en el proceso de tratamiento.

Donald Woods Winnicott: biografía y legado psicoanalíticoPara Winnicott, la “preocupación por el otro” se refiere a la capacidad del analista para involucrarse genuinamente con el paciente, demostrando un interés activo y una sensibilidad hacia sus experiencias emocionales y necesidades internas. Esta preocupación auténtica y empática es esencial para establecer una relación terapéutica segura y facilitadora del crecimiento psicológico.

En su obra seminal “El proceso de maduración en el niño”, Winnicott explora en profundidad el papel crucial que desempeña la “preocupación por el otro” en el desarrollo emocional del niño. Destaca la importancia de la madre suficientemente buena, quien, a través de su capacidad para sintonizar con las necesidades del bebé y proporcionar un ambiente emocionalmente nutritivo, fomenta un sentido de seguridad y confianza en el mundo. Esta preocupación materna por el otro sienta las bases para el desarrollo saludable del self y las relaciones interpersonales del individuo en la vida adulta.

En el contexto terapéutico, la “preocupación por el otro” implica más que simplemente escuchar al paciente; implica una profunda implicación emocional y una conexión genuina con su mundo interno. Winnicott enfatizó la importancia de que el analista esté verdaderamente presente y disponible para el paciente, demostrando una preocupación activa por su bienestar psicológico y un compromiso genuino con su proceso de exploración y crecimiento personal.

La idea de la “preocupación por el otro” de Winnicott también se relaciona estrechamente con su concepto de “objeto transicional”. Así como el niño utiliza un objeto transicional para facilitar la transición entre la dependencia y la independencia, el paciente puede utilizar la relación terapéutica como un espacio transicional donde explorar y procesar sus emociones, pensamientos y fantasías de manera segura y sin juicio.

El legado de Donald Winnicott en el campo del psicoanálisis nos recuerda la importancia fundamental de la conexión humana y la empatía en el proceso de tratamiento psicológico. Su concepto de “preocupación por el otro” nos insta a ir más allá de las interpretaciones y técnicas psicoanalíticas para conectar verdaderamente con la experiencia humana de nuestros pacientes, ofreciendo un espacio seguro donde puedan explorar, crecer y sanar.

En conclusión, el legado de Donald Winnicott en el campo del psicoanálisis es innegablemente profundo y perdurable. Su enfoque en el desarrollo humano, la importancia del espacio transicional y la relación terapéutica ha enriquecido tanto la teoría como la práctica clínica. En su onomástico, celebramos su vida y su obra, recordando con gratitud sus valiosas contribuciones que continúan inspirando y guiando a generaciones de psicoterapeutas y profesionales de la salud mental.