Lic. Enma Raquel Quispe – Psicoterapeuta en formación Prom 38
Y es que tres años se han ido volando…Una lo puede pensar así, pero de mil maneras, seguramente han pasado infinidad de cosas, muchas de ellas más significativas se han quedado, haciendo un espacio en nuestros corazones.
Haber podido formar parte del equipo de editores del Boletín del Centro, siempre será un recuerdo grato, dulce y, cómo no, un reto. Reto que se puede resumir en llamadas que buscan la generosidad de quienes comparten el psicoanálisis, para que nos permitan acceder a sus reflexiones plasmadas en una hoja, siempre digital, que llevaba en sí misma la profundidad de quienes nos comparten sus escritos.
Y es que no siempre es fácil, coincidir con los tiempos libres de quienes buscan en las letras enlazar ideas, sentimientos y reflexiones. Porque creo que un escrito no solo puede ser fruto de una reflexión meramente racional y entonces sí, nos regalan algo más que se une a nuestras propias fibras íntimas y entonces el texto cobra vida, así me gusta pensarlo.
Considero que esta experiencia ha significado muchas vivencias para mí también: el proceso de aprender, la dedicación al editar y esperar que cada tema que el equipo pensó sirva como punto de reflexión a quienes llegue el boletín.
Pienso que desde el psicoanálisis, acompañando lo que duele en la vida de las personas, poder acercarnos al arte, a la escritura, la música, o cual quiera otra expresión de este tipo, nos permite poder, decir y quizá elaborar esa parte dolorosa de la vida que nos traen a quienes acompañamos.
Estoy agradecida por esta experiencia, cada uno sabe en la intimidad de su corazón qué significa, en lo más profundo, lo que se vive día a día. Parafraseando a Mercedes Sosa, uno no siempre se despide insensiblemente de pequeñas cosas. Uno a veces se va de estas pequeñas grandes cosas, con recuerdos amables y con muchas cosas que pensar cuando sea el momento.
Que las letras sigan danzando a son del psicoanálisis, para poder leer a nuestros compañeros en formación, a nuestros maestros y quien quiera escribir para contarnos un poquito de lo que guste.
Por mi parte, toca que me baje en esta parada del tren, para dar lugar a otra persona como parte del equipo de edición, agradecida y convencida que hay cosas cotidianas que se tiñen de sabor a eternidad. Sigamos escribiendo y leyendo, para comunicarnos un poco más.