41 años al servicio de la salud mental

Para mi amiga Nené

Lic. Verónica Zevallos – Psicoterapeuta psicoanalítica 

Para Nene, una gran amiga:

Es aún muy difícil y creo que muy pronto asimilar no estar más con una maravillosa compañera en la vida. Los sentimientos se me aglomeran en el corazón, buscan inútilmente, hasta ahora, encontrar palabras que expresen la profunda pena por la partida de una querida amiga que agradezco haber tenido.

Conocí a Nene como compañera de estudios en la promo V del Cppl. Recuerdo una anécdota que solíamos decir a modo de juego y supongo con un aire de singularidad “no hay quinto malo”.

Con el tiempo se fue tejiendo una amistad que me permitió conocer a una mujer inteligente, generosa, honesta, solidaria. Con gran sentido de humor que transmitía paz y, sobre todo, la esperanza de que las dificultades ayudan a congregar a aquellos amigos que ayudan a llevar la vida.

Una característica de Nene que nos mantenía cerca de ella fue su sonrisa.  La recuerdo muy bien. Tenía poder, el poder de hacerte creer que los deseos no son solo sueños, sino que son pasos de un camino que se construye con la mente y con el corazón. Mirar la vida desde ese matiz definitivamente la alimenta.

Tenía una gran confianza para plantear con sencillez y simpleza preguntas que le generaban las circunstancias que la rodeaban. Con una actitud crítica que, indiscutiblemente, motivaba a pensar con mayor profundidad. Ya sea como alumna o como profesora, amiga, hermana.

Como parte de la directiva del Cppl su trabajo se caracterizó por ser desinteresado, pero siempre  fértil y productivo.

Su amor por el conocimiento y en especial por el psicoanálisis fue uno de los motivos que la llevó a buscar grupos de estudio para profundizar lo aprendido, ampliarlo y, con gran respeto, valorar las ideas que surjan del trabajo grupal. Porque lo significativo era entender. Su participación siempre rigurosa y comprometida nunca dejó de lado el cariño y la familiaridad que hacía sentir a los demás, definitivamente dejaba huella.

Siempre bien dispuesta a escuchar,

siempre percibía el momento preciso para entregar detalles que devuelven las ganas,

siempre el espacio seguro en los momentos complicados,

siempre ofreciendo sus palabras para trasmitir con cariño que el día a día era una cosa de todos y que ella, con la sabiduría de su risa, estaba para ayudar a construir una historia con afecto y cariño.

“¿Cómo estás Nene?” – “de bien a mejor, subiendo”

Estar con Nene modificaba a quien estuviera con ella, sean compañeros de estudio, alumnos, amistades, familia. Cruzarse, atravesarse o participar con ella en la vida, teniéndola como amiga no permitía seguir siendo la misma. Era una relación de aleaciones, mutaciones enriquecedoras que producen su presencia y su manera de estar.

Me siento afortunada de haberla conocido y sé que hay otro lugar para encontrarla, el tiempo no es distancia es movimiento. Son pliegues de diferentes espacios para hacer conexiones.

Muchísimas gracias, Nene

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