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Entrevista a Yovana Pérez acerca de aspectos de la teoría de Jacques Lacan (Primera parte).

Entrevista realizada por Giancarlo Portugal Velasco*

 

 

“El gesto inaugural de Lacan fue un volvamos a Freud, volvamos al lenguaje, a las exquisiteces del significante”

 

Yovana Pérez es psicoanalista asociada de la Nueva Escuela Lacaniana del Campo Freudiano-Lima, y en esta oportunidad nos concede una entrevista para hablar sobre Jacques Lacan. Actualmente, ella dirige un espacio de lectura del Seminario 8: La transferencia. En esta primera parte del diálogo que les presentamos, Yovana nos aproxima a algunos de los conceptos básicos de Lacan y a la importancia de este en la historia del movimiento psicoanalítico. Así, en sus respuestas, Yovana comenta cuál fue la crítica de Lacan a la Ego-psychology, también comenta la importancia del lenguaje en la constitución de la subjetividad, el fantasma, entre otros. En la siguiente entrega, nos sumergiremos en los conceptos de goce, el inicio y términos del análisis, entre otros varios.

 

Yovana, primero que nada muchas gracias por aceptar la entrevista. Desde el año pasado estamos haciendo un conjunto de entrevistas sobre diferentes autores que nos parecen claves en la historia del psicoanálisis. Este espacio nace pensando que hay gente que desea encontrar luces sobre conceptos centrales de una manera introductoria, pero precisa también. Así que, empezando, coméntanos ¿Qué considerarías tú que representa Lacan para la historia de lo que es el psicoanálisis?

 

En el momento en que Lacan empieza a trabajar de manera consistente su enseñanza, lo que propone es un movimiento en contra de lo que estaba sucediendo en aquel entonces en el mundo psicoanalítico. Desde más o menos los años 20, la primera generación de postfreudianos empiezan a hablar del término “carácter”, del término “patologías de la conducta”, entre otros. Empieza a aparecer toda una generación de psicoanalistas que obviamente empezaron a lidiar también con otros pacientes que ya no correspondían a los pacientes más freudianos, digámoslo así. Entonces, hubo también un movimiento del psicoanálisis hacia esa nueva clínica que se estaba presentando, que de repente estaba llegando con más frecuencia. Y entonces el psicoanálisis empezó a tener una serie de derivaciones, creo yo como un modo de responder a ciertas configuraciones subjetivas que no estaban muy claras, por un lado, pero, por otro lado, empezó a tener una serie de modificaciones que terminaron, sin hacer muy larga la historia, en constructos teóricos que se alejaron muchísimo de lo que planteaba Freud; terminaron en, por ejemplo, la “ego-psychology”, plantearon parte de “trabajo con el yo”, de “fortalecimiento del yo”, del “yo adaptado”, de la “forma libre de conflictos”. En ese derrotero se desconoció la pulsión de muerte, el concepto de pulsión de muerte de Freud fue desestimado, se encerró mucho el psicoanálisis por este lado de la psicología del yo.

Entonces yo creo que el movimiento fundante de Lacan en relación al psicoanálisis inicial fue decir “volvamos a Freud”, volvamos al inconsciente, o sea, volvamos a la interpretación, volvamos a escuchar. Es decir, el gesto inaugural de Lacan fue un volvamos a Freud, volvamos al lenguaje, a las exquisiteces del significante. Eso significó una especie de movimiento subversivo en relación a cómo se estaba desplegando el psicoanálisis tanto en Europa como en Estados Unidos, fundamentalmente en Estados Unidos, que era donde se había instalado esta versión descafeinada del psicoanálisis freudiano. También, hay autores a los que Lacan respeta mucho, como a Melanie Klein o como al tomar el objeto de Winnicott o la agresividad de Wilhelm Reich. O sea, Lacan bebe de todo lo que le fue posible, pero siempre en este gesto iniciático de volvamos a Freud, volvamos al discurso, volvamos a la palabra, cosas que nunca abandonó.

Así, Lacan es importante desde muchos sentidos, desde este gesto inaugural, que fue un retorno a Freud, y desde conceptos que él mismo fue introduciendo, aportando, como por ejemplo el concepto de objeto a y la misma noción de lo real, el fin del análisis, lo femenino. Es una teoría sumamente sui generis en ese sentido. Incluso en cierto momento de la enseñanza de Lacan, probablemente en el quinto paradigma, cuando él habla del goce discursivo, dio lugar a lo que se llama los estudios culturales y tuvo un impacto también en cierta posición universitaria de crítica cultural. Hubo un impacto en el mundo universitario, un impacto en el mundo del saber, es casi como el gesto freudiano de inserción en la cultura.

 

Entonces, por ejemplo, yo quería intentar ir por partes, y has dicho un montón de cosas a las que de hecho quería apuntar, pero me quedé pensando cuando hablabas de la psicología del yo ¿cuál sería la respuesta que Lacan da a esa postura, a ese intento postfreudiano muy estadounidense? Más bien, ¿en qué se va a fijar Lacan y cómo lo va a desarrollar como respuesta?

Bueno, básicamente, el Yo para Lacan es una construcción imaginaria, el Yo para Lacan es una adquisición que se constituye en el momento del “estadio del espejo”, cuando hay un cierto júbilo ante una imagen unificada que finalmente es devuelta por la mirada del Otro. El Yo es un espejismo. El Yo, decía Lacan, es el lugar del desconocimiento, el Yo está determinado por otra instancia, por tanto, trabajar desde el Yo es trabajar siempre desde una dimensión engañosa, en tanto el Yo desconoce sus determinaciones, sus determinaciones inconscientes y evidentemente lo pulsional. Desde el Yo no se accede al inconsciente, desde ahí no se dice la verdad de un sujeto, ahí no está la enunciación de un sujeto, ahí estaría un enunciado, es el lugar del sentido, y en el sentido nos perdemos.

 

Otro papel clave en este Lacan es el tema del lenguaje. Yo en filosofía siempre equiparo a Lacan un poco con lo que sucede con Wittgenstein, que si Wittgenstein fue el giro lingüístico en la filosofía, Lacan fue el giro lingüístico en el psicoanálisis. Entiendo que él estudió con Kojève a Hegel, en una línea francesa, e inicia sus reflexiones pensando en cómo el lenguaje juega un papel fundamental en la construcción subjetiva.

Bueno, uno se constituye como sujeto desde el Otro, o sea, hay una prematuración biológica, pues el individuo humano, la cría humana, nace incompleta. Hay una constitución desde un sí mismo inmanente, el sujeto se constituye desde el lenguaje, desde la identificación a un significante que proviene del Otro. Quiero decir, cuando uno viene en un cuerpo, cuando se llega al mundo con un cuerpo habitado por las necesidades, las necesidades fisiológicas, lo que dice Lacan es que se desnaturalizan, se desnaturalizan porque hay una demanda a un Otro, a un Otro materno, pero es el Otro de la lengua materna también, a un Otro para que satisfagan las necesidades, pero, en realidad, la pérdida ocurre porque lo que empieza a demandar esa pequeña cría ya no es tanto la necesidad, sino la presencia de lo que se constituye, pues el sujeto adquiere un ser desde la presencia de este Otro y de lo que este Otro le dice. En todo caso somos marcados por los dichos del Otro, es otra manera de decirlo.

A lo que voy es que en esta constitución hay algo que se pierde porque el lenguaje se introduce, porque cuando se introduce el Otro con sus palabras, acerca de lo que significa ese bebé para cada Otro materno, hay algo que se pierde y entonces es el lenguaje el que captura a ese ser viviente, ese lenguaje es la identificación con un significante. Lacan hablaba del pececito que muerde el anzuelo, el anzuelo del lenguaje. Entonces, si no hay lenguaje o si el lenguaje no interviene, sencillamente, es muy difícil hablar de un sujeto que se constituya. Claro, es paradójico, porque el sujeto se constituye siempre en falta, etc., y viene toda esta conceptualización que es mucho más complicada, pero nos constituimos desde el otro: somos hablados, el inconsciente es el discurso del Otro. Antes de que llegáramos al mundo, si es que hubo un deseo, un deseo vivo, porque no se puede hablar del lenguaje si no se habla también del deseo de ese Otro, se habló de nosotros antes de que llegáramos y una vez que llegamos por la misma naturaleza de lo que somos, de esta prematuración que hablaba Lacan, se necesita del Otro, y ya no seres naturales o seres biológicos.

 

Muy en la línea filosófica en realidad eso. Es que, digamos, esta cuestión de la animalidad y de cómo la razón es lo que nos separa de lo inmediato natural es una cosa bien de filosofía.

En el caso de Lacan sí está toda esta cuestión de cómo se aterriza esto a la subjetividad y que creo que… Se aterriza por la pérdida, porque hay algo que se pierde, porque es lo que decía Freud, el objeto está perdido, o sea, el objeto puro de la necesidad, lo que vendría a satisfacer la necesidad, el objeto puro de la necesidad se pierde y el individuo, el sujeto en ciernes demanda al Otro, demanda la presencia, demanda el amor del Otro. Entonces, hay un objeto perdido desde el cual ya no se puede hablar de instinto, porque el objeto hace agujero, entonces ya no se puede hablar de instinto, ya no somos seres instintuales, somos seres de lenguaje. Se pierde el objeto, hay un agujero, hay algo que queda vaciado una vez que el significante ingresa y desde ese momento, hay algo que se instituye como agujero en el saber, también.

Entonces no es tanto la razón entendida de forma clásica, pero sí tiene que ver con un ingreso inaugural al lenguaje que marca una pérdida inaugural. Hay algo que se pierde y es al Otro al que se le demanda, pero además después se constata que ese Otro también está en falta, que ese Otro está castrado y se superponen dos faltas, entonces ahí tenemos algo mucho más complicado. Es por eso que no se puede hablar de instinto, porque el instinto es un saber instalado desde el día uno, permite ir directamente al objeto, en el caso del ser humano no, porque interviene el lenguaje, interviene el Otro: interviene el Otro demandándole al niño, interviene el niño demandándole al Otro, interviene ese Otro que está pero que puede no estar, ese Otro que da, pero que también te puede privar, es una dialéctica mucho más compleja.

 

Un concepto que creo que también estamos de una u otra manera rozando es el fantasma, ¿no? Si entiendo correctamente el fantasma es una escena, una posición en la cual te colocas frente al Otro.

El fantasma es, sí, una escena también, es un axioma, se puede decir de otra manera. El fantasma sería la respuesta que se da en el caso de la neurosis. Habría que discutir si hay fantasma en la psicosis, cuando el sujeto en falta, cuando el sujeto en pérdida, porque ya está en pérdida, una vez que ingresa al lenguaje está en pérdida, se pierde esta parte instintiva, se pierde el objeto, etc. Cuando este sujeto se confronta con la falta del Otro, se confronta también con la pregunta ¿qué quieres de mí? O sea, algo te falta, ¿qué quieres de mí? Y el fantasma es la respuesta, entonces cuando se confronta con la falta en el Otro, el sujeto recorta un objeto de su cuerpo, el objeto oral, el objeto anal, el objeto mirada, los objetos famosos lacanianos y se identifica con ese objeto, “soy esto”, vamos a decirlo en términos coloquiales. Se podría precisar mejor, pero el fantasma es una respuesta ante la castración del Otro, el sujeto dice “ok, el Otro está castrado, le falta algo, voy a construir” y es una creación también, porque ahí el sujeto recorta su objeto, “voy a construir una respuesta que permita dar cuenta de la no castración del Otro”. El fantasma niega la castración del Otro porque en el fantasma es la relación del cuerpo con un objeto, con ese objeto que el sujeto asume que le falta al Otro, “en eso me convierto, eso soy”. Decía Freud, un niño es pegado, depende de la traducción, el Otro finalmente goza de mí, el Otro está completo, hay relación sexual, el fantasma es una respuesta que desmiente la castración del Otro, pero también es la única manera que tiene el sujeto de separarse del Otro, aun cuando paradójicamente lo complete. Es la única manera que tiene de separarse del Otro porque recorta su propio objeto, llega un objeto ahí para dar cuenta de su ser, de lo que él es y el Otro. Por eso se dice que el fantasma siempre es perverso, porque desmiente la castración del Otro, entonces, claro, esto después, digamos, podría devenir una escena, etc., pero tal y como lo explica en el seminario 11, es un poco así, el 14 es mucho más complicado

 

Otro concepto muy famoso en Lacan, es el del “Nudo Borromeo”. Allí donde se conectan lo real, lo imaginario y lo simbólico. Entiendo que esto es una herramienta clínica, la llamada clínica de lo borromeo.

Sí, básicamente, los diferentes anudamientos, digamos los diferentes anudamientos que se producen en un sujeto a partir de cómo se articulan tres registros. Por ejemplo, en el caso de la esquizofrenia, lo que se zafa de los tres elementos borromeos es lo imaginario del cuerpo ¿Por qué? Porque la experiencia clínica, la fenomenología de la esquizofrenia es un cuerpo que se desarma. Entonces, ¿qué ocurre en la esquizofrenia? El Nudo del Imaginario se suelta y hay una interpenetración entre lo Simbólico y lo Real. Se anudan estos dos. Y así en cada estructura clínica, en la manía se suelta lo Simbólico y así en cada estructura clínica y además en cada sujeto se puede dar cuenta de cómo están anudados estos registros. A veces estos registros se anudan por la inhibición, a veces estos registros se anudan por un síntoma en el caso de la neurosis. Es otra manera de concebir la clínica. Ya no tanto desde la clínica estructural neurosis y psicosis, como desde los registros. No desmiente la clínica estructural, siempre se mantiene la división entre neurosis y psicosis, pero es mucho más fino, es mucho más sutil concebir la estructura de cada sujeto, de cada analizante en base a lo que lo anuda y lo desanuda.

 

Jacques Lacan

 

* Formando del CPPL, promoción 39

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