Mg. Liliana Granel | Presidenta del CPPL y Directora de Formación Académica CPPL
¡Bienvenidos a todos los miembros del CPPL!
Estamos al inicio del Año Académico 2023, en una nueva casa que nos acoge, con nuevos salones que recorremos con curiosidad y expectativa, pero, si bien es otro local Institucional predomina el mismo espíritu con que fue fundado, el de la esperanza y anhelo en poder transmitir la pasión por el pensamiento psicoanalítico.
Comenzaremos, muy de a poco, a reunirnos de manera presencial. Nos preparamos para recibirlos, a cada uno de ustedes, con alegría, con la emoción del encuentro, ya no sólo virtual, sino con el otro en presencialidad donde el abrazo será parte del saludo.
Felicito y agradezco, muy especialmente, al personal administrativo por el esfuerzo realizado para encontrar esta nueva casa, y que con esmero y dedicación la han preparado para dar inicio al dictado de las clases. También a los miembros del Consejo Directivo, y a todos los profesores por estar ahí, luchando y haciendo posible el crecimiento del CPPL.
Nuestra querida institución, este año cumple 40, y está muy viva y dinámica, y conserva el espíritu con que fue fundada, donde prevalece la pluralidad de pensamiento, buscando sembrar la capacidad de cuestionar y resonar con el dolor del otro, de ser solidarios con el sufrimiento y valientes para ayudar al que lo necesita. Será un año de festejos y trabajo en conjunto para celebrar los 40 años del CPPL.
Fue S. Freud quien abrió el camino a muchos otros psicoanalistas, verdaderos pensadores, que siguen investigando, ampliando la clínica, reflexionando sobre la compleja mente humana, tratando de entender los caminos del inconsciente.
Estudiar psicoterapia psicoanalítica, pienso, es una opción por la vida, por la ética que da acceso al surgimiento de la subjetividad.
La lectura de los textos y el análisis personal, ofrecen un aprendizaje único, a través de la vivencia, de esa escucha que aloja el malestar del otro, y que permite el despliegue de las fantasías, síntomas y, subyacentemente, la esperanza de menos sufrimiento.
Valorar la escucha, el diálogo íntimo entre analista y paciente, sostenido por el deseo de acercarnos al sufrimiento del otro, que, a veces, es tan parecido al de uno mismo, y desde ahí analizar, explorar el inconsciente y sus múltiples despliegues, para pasar de lo desconocido a lo conocido. Ahí, donde el dolor ha de convertirse en pregunta, ahí donde la angustia invade y ciega el disfrute y placer por la vida, ahí estamos para escuchar, sostener e interpretar.
Para mí, el psicoanálisis es una forma de entender la vida. En este sentido, como plantea J. Kristeva, el análisis personal es un proceso de verdadera transformación psíquica que implica romper con lo establecido, un empezar rememorando, no repitiendo, pero sí cuestionando. Considero que estudiar textos de grandes pensadores psicoanalíticos y, también, atravesar por un proceso de análisis personal, abre un camino infinito para adentrarse a descubrir la compleja mente humana.
Acercarse al pensamiento psicoanalítico es una experiencia única, ya que nos enseña la riqueza que existe en la mente de cada persona, tanto en sus aspectos más sanos e integrados, como en aquellos otros aspectos que presentan dificultades por los avatares de la vida.
Pienso, que son múltiples las emociones que se generan desde el nacimiento, junto con el primer contacto afectivo con la madre, la familia y el desarrollo en etapas posteriores que requieren ser exploradas en toda su magnitud.
Considero que es una disciplina que estudia, investiga y profundiza en nuestro interior a través de la comprensión del inconsciente, explorando los sueños, las fantasías, los deseos y el porqué de las angustias, tratando de entender las motivaciones que nos hacen sufrir o alegrarnos.
El trabajo psicoanalítico nos permite abordar los estados depresivos, los sentimientos de vacío e insatisfacción, los miedos, las pérdidas y procesos de duelos, los aspectos agresivos de nuestra personalidad y las ansiedades que nos acompañan a lo largo de la vida, para elaborar y lograr una mejor armonía en la tarea diaria del vivir.
El psicoanálisis no es algo que se puede aprender sólo leyendo, o desde la teoría, tiene que ser vivido, sentido, experimentado, e inclusive, sufrido
Ideas de la Dra. Virginia Ungar vienen a mi mente cuando ella dice que el trabajo psicoanalítico es una tarea de a dos, con la creación de un espacio de intimidad, donde el respeto por la confidencialidad son requisitos insoslayables, y donde una actitud de introspección, de apertura a lo nuevo y actitud de reflexión permiten el encuentro de alguien consigo mismo de una manera que tenga la posibilidad de elegir con libertad y según su propio deseo.
Quiero darles una cálida bienvenida a Todas las Promociones, pero muy especialmente a la Promoción 40, que con expectativas, curiosidad y asombro hoy comienzan este viaje de descubrimiento del psicoanálisis.
Muy buen comienzo, un largo camino aún nos espera!